“Apártate viejo… que nos cae ese animal encima”, le dijo un hombre a su compañero, que sombreaban debajo de un árbol de mango, donde las alas del avión se llevaron las ramas.
Se trata de Omar Agenta, alias “Manzanita”, quien cada día en las mañanas se iba al “manguito”, en la bajada de El Pedregal hacia Camosa (colonia La Trinidad), a platicar con su amigo, conocido como César (“El Mono”).
“Allí estábamos bajo el manguito con (“El Mono”), César, cuando ese animal se vino abajo llevándose las ramas y yo le dije apártate que nos cae encima ese animal”.
“Solo miré ese animal blanco que se venía con un ruido escandaloso sobre nosotros, y yo creía que se venía el mundo encima y hasta levanté las manos para arriba y dije, ¡Sho animal!”.
Asustado comentó que se quedó helado “viendo aquel aparataje que se acomodaba en la calle”, mientras se tocaba la cabeza, creyendo que tenía sangre, porque las hojas del mango cayeron sobre su cuerpo.
“Dije ¡Ay, ay y ay Dios mío, qué cosa tan fea!, “Mono” y lo quedaba viendo para ver si no estaba herido, porque el ala del avión nos pasó por encima de la cabeza y quedaba viendo aquel animalón que se acentuó atravesado en la calle”.

“Usted cómo se llevaba las ramas de esos árboles y aquella humareda como si estuviera prendiendo en fuego, pero solo eran los motores, porque se despedazaron con las turbinas en el barranco”.
“A mí solo me pegaron unas latas y ramas en la cintura, pero gracias a Dios no me pasó nada, aunque no aguantaba el tufo a gasolina”. Aseguró que después miró a los tripulantes que abrieron una puerta y comenzaron a salir atorados de humo levantando la mano como pidiendo auxilio”.
“Gracias a Dios estamos vivos, porque ese animal casi nos mata cuando estábamos allí sombreando con mi amigo”. Al tiempo de pedir que ya resuelvan ese problema de la pista, porque la gente que pasa en ese lugar corre peligro”.
De su lado, Elizabeth Berni, quien vive a pocos metros del incidente esquejó que cada vez que un avión falla les escapa de caer encima, porque sus viviendas están expuestas al final de la pista de aterrizaje.

“Mi abuela está con problemas de nerviosismo, porque ella escuchó un estruendo cuando cayó ese avión y luego miró ese montón de gente corriendo para todos lados, porque había esa bulla con el accidente”.
En tanto, Henry Amador, uno de los trabajadores que estaba haciendo una labor de construcción en el puente de Camosa, dijo que a pocos metros vieron cuando cayó de ramplón la aeronave a un lado de ellos merengaban con unas varillas.
“Nosotros estábamos trabajando y cuando menos acordamos escuchamos aquel estruendo y salimos corriendo, porque creímos que iba a explotar en llamas”, relató Amador.
Añadió que eran como las 10:45 de la mañana y había un ambiente de tranquilidad como todos los días, pero se le alteraron los nervios al ver aquel aparato que cayó al lado de ellos.

“Escuchamos aquel estruendo y se nos vino un aire con olor a combustible, por eso salimos corriendo por temor a una explosión, pero luego nos acercamos porque comenzó a llegar gente para auxiliar a las personas que salían por las puertas”, relató.
Finalmente dio gracias a Dios, porque no les pasó nada, ya que el incidente ocurrió a pocos metros donde trabajaban de manera tranquila, al tiempo que se sumaron a las actividades de rescate de las personas que iban a bordo de la aeronave accidentada.

Comentarios
LA TRIBUNA Online con su nueva plataforma de comentarios te ofrece la mejor interactividad, y una manera más fácil de fomentar la conversación entre sus usuarios. Para comentar únicamente necesitas tu correo electrónico y el nombre con el que quisieras realizar tu comentario, o si prefieres utiliza tu red social favorita. Nota: Los comentarios publicados en www.latribuna.hn no reflejan en ningún momento la opinión de DIARIO LA TRIBUNA.