José María Leiva Leiva.
Comienzo con una agradable sorpresa, “Suburbicon”, el sexto trabajo como director de George Clooney (“Buenas noches y buena suerte”, “Los idus de marzo”), basado en un guión de los hermanos Ethan y Joel Cohen y ambientada en la idílica América de los años 50 en suburbia, una de esas urbanizaciones que acogen el sueño americano retratando al vecindario perfecto con casas unifamiliares con jardín, habitadas por una clase media donde todo aparenta paz y armonía…salvo, como lo explica Clooney, que “esos barrios estaban reservados a los blancos”.
De hecho, el director se inspira en el caso real de William y Daisy Meyers, un matrimonio afroamericano que, en 1957, fue acosado y amenazado por un grupo de ciudadanos blancos, tras haberse mudado a un “suburbia” de clase media-alta en Pensilvania. Suceso que Clooney vio plasmado en el documental “Crisis in Levittown”, que dirigió Lynda Myers, hija de esta pareja afroamericana. El complemento del filme, llegó al leer el guion de los hermanos Coen titulado “Suburbicon”, sobre una familia blanca que vive una espiral de violencia cuando, en el transcurso de los años 80, unos ladrones (blancos) asaltan su hogar, pero Clooney pensó que podía tener sentido llevarla a los años 50 y enlazarlo con el relacionado documental.
“Suburbicon”, una sátira que desenmascara viejos traumas que siguen vigentes en Estados Unidos de hoy en día, narra la historia de un niño cuya vida se desmorona después de que su madre (Julianne Moore) muera como consecuencia de la irrupción de dos ladrones en la casa familiar, y de que a partir de entonces su padre (Matt Damon) y su tía (Julianne Moore, por partida doble) empiecen a comportarse de modo extraño a consecuencia de la avaricia y maldad humana.
Otra agradable sorpresa fue encontrar un nuevo filme de Andreï Konchalovsky (“El cartero de las noches blancas”, “La última estación”), de título “Paraíso”, donde “sienta en una suerte de estrado/interrogatorio a tres personajes que rinden cuentas de sus actos durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, ante un juez en off, transmutado en la mirada inquisidora del espectador. Mirando a cámara y explicando sus faltas, omisiones y convicciones, somos testigos de cómo sus vidas se cruzan y cómo las acciones de uno determinarán el destino de los otros”, señala la crítica.
Se trata de Olga (Yuliya Vysotskaya), una aristócrata rusa miembro de la Resistencia Francesa que es arrestada por la policía nazi por ocultar a dos niños judíos durante una redada. En prisión, y a la espera de una decisión final, conoce a Jules (Philippe Duquesne), un funcionario francés colaboracionista que debe investigar su caso. Pero la mujer es trasladada a un campo de concentración, donde se reencuentra con Helmut (Christian Clauss) un oficial alemán de alto rango de las SS que antes del conflicto estuvo enamorado de ella.
“En la sombra” del turco-alemán Fatih Akin (“El padre”, “Soul Kitchen”), la hermosa Diane Kruger (“Troya”, “Bastardos sin gloria”), interpreta a Katja, una mujer que pierde a su marido (ex convicto y para muchos, sospechoso aún de realizar narcotráfico) y su hijo en un atentado racista con bomba casera en el barrio turco de Hamburgo por parte de una pareja de neo-nazis, que tras ser exculpados en juicio, sufren el mismo castigo como el que provocaron, en una escena impactante como inesperada. Kruger, por su destacado papel en esta cinta recibió la Palma de oro a la mejor interpretación femenina en Cannes del año pasado.
Igual nos resultó interesante la recreación que Clint Eastwood hace del frustrado atentado terrorista en un tren con más de 500 pasajeros que cubre la ruta Amsterdam-París, en el filme “15:17 tren a París”. Los hechos se remontan al 21 de agosto de 2015, cuando el tren atraviesa el norte de Francia, un terrorista que cargaba en su mochila un fusil automático AK47 y varias armas más, intenta cometer un atentado, y lo que pudo haber sido una verdadera matanza, quedó en un intento fallido ya que tres jóvenes estadounidenses de vacaciones en Europa: Spencer Stone, Anthony Sadler y Alek Skarlatos, (que se interpretan a sí mismos), impidieron el ataque.
El resto del filme es un relleno que retrata la infancia de los protagonistas, marcada tanto por su fracaso escolar como por su pasión por el ejército. La crítica agregó: “meros parias: mucho músculo, poca cabeza y demasiada religión y cultura pro-armas, incapaces de ser aceptados en ningún sitio y en ningún lugar…más un aburridísimo viaje turístico por el viejo continente”.
Concluyo con dos comedias súper entretenidas: La francesa “Con los brazos abiertos”, de Philippe de Chauveron (“Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?”), y la cinta española “Thi Mai” de Patricia Ferreira (“Para que no me olvides”, “El alquimista impaciente”). La primera, en clave de sátira social y con el tema central de los inmigrantes, narra la historia de Jean-Etienne Fougerole (Christian Clavier) un profesor universitario que en un programa de televisión que le sirve para promover su libro “Con los brazos abiertos”, se compromete a poner en práctica lo que explica en su obra: acoger en sus casas a gente con pocos recursos. Es así como llegan a su residencia, una familia de rumanos con los que tratará de convivir junto a su acaudalada esposa e hijo adolescente, generándose todo tipo de escenas chocantes y divertidas.
“Thi Mai”, nos acerca a Vietnam, hacia donde tiene que viajar Carmen (Carmen Machi), junto a sus dos mejores amigas, Elvira (Aitana Sánchez-Gijón) y Rosa (Adriana Ozores), para completar el proceso de adopción de Thi Mai, una huérfana vietnamita solicitada por la hija de Carmen, recientemente fallecida. En Hainan “se les unirá un rígido pero noble guía vietnamita, además de Andrés (Dani Rovira) un bondadoso joven que les echará una mano en su aventura. Claro que el choque cultural, los laberintos burocráticos y las peculiaridades de cada una de estas tres mujeres convertirán el viaje en una sucesión de equívocos, situaciones disparatadas y decisiones delirantes”.