Predicciones de economista

Por: Álvaro Sarmiento
Especialista Internacional en Comercio y Aduanas

Durante mucho tiempo he escuchado chistes sobre los economistas, dirigidos a ridiculizar la habilidad que tienen para predecir el futuro (económico). Si bien es cierto, ese pésimo papel ahora ha sido tomado por las empresas que predicen resultados electorales, que de manera constante se equivocan aquí, los economistas no evitamos caer en la tentación de adivinar o asegurar qué es lo que va a pasar con los indicadores económicos en el futuro.

La realidad es que los factores que han mantenido al alza del precio del petróleo, parece que se mantendrá invariable a lo largo del segundo semestre del 2018, esto significa que continuaremos importando la misma cantidad de combustibles pagando más dinero (dólares y lempiras) por lo que consumimos.

El fracaso por mantener a los EUA en el pacto nuclear con Irán, ha provocado esta misma semana el anuncio por parte del nuevo secretario de estado Mike Pompeo (antiguo director de la CIA) de una batería intensa de sanciones financieras y comerciales contra ese país, lo que implica necesariamente restricciones a la comercialización de petróleo, por parte de uno de los principales exportadores del mundo. En otras palabras, menos oferta, y aumento a su precio.

Si bien es cierto, el gobierno hondureño tratará de evitar los efectos más negativos en las personas con menor capacidad adquisitiva, a través de subsidios, la situación será poco manejable, porque el presupuesto nacional no da suficiente para poder invertir en subsidios.

Prácticamente todos los bienes que se comercializan, requieren ser transportados por vía marítima, aérea y terrestre y como no usamos mulas o locomotoras de vapor, si no aviones, barcos, camiones, carros y motos, que consumen combustibles, cada vez más caros, su repercusión en el costo del bien comerciado lo vamos a sentir tarde o temprano, las empresas logísticas, transportadores trasladarán esos costos extras a sus clientes, y estos al consumidor.

Por otro lado, esta dinámica también afectará a variables como la tasa de interés, un fenómeno que ya se acercaba por el reciente amago de guerra comercial entre los EUA y la China. También es de esperarse que esta presión, pueda implicar mayor gasto público y la capacidad de endeudamiento (externo e interno) de nuestro gobierno, empuje de las tasas de interés hacia arriba. Ya lo veremos en nuestros préstamos y tarjetas de crédito.

Lo anterior también empuja hacia arriba el tipo de cambio. Ya lo estamos percibiendo y no nos debemos de extrañar sobre las devaluaciones del lempira, cada vez más frecuentes y significativas. Cada vez necesitaremos mayor cantidad de lempiras para pagar por los bienes importados y por los insumos.

En este panorama, posiblemente la única institución que vea con buenos ojos, el tema petrolero, será SAR, administración que cobrará mayor cantidad de impuestos, debido al incremento en la factura petrolera. Pero al mismo tiempo, es evidente que el tesoro nacional deberá gastar más lempiras para su gasto ordinario o para captar más dinero con préstamos locales o internacionales.

Todo parece indicar que se nos avecinan tempestades, o al menos períodos complicados para invertir y generar riqueza y empleo. Al tener una economía pequeña, lo único que podemos hacer es unir fuerzas con nuestros socios comerciales más sanos y que el gobierno central cuide con esmero cada centavo, evitando gastos superfluos e innecesarios. Disciplina fiscal.