Matan al heredero de “Los Cachiros” y a su esposa en La Ceiba

Calificado por la Policía Nacional como uno de los herederos del cartel de “Los Cachiros”, Hernán Natharén (42), fue acribillado a balazos junto a su esposa, Yerlyn Herrera, cuando se aprestaban a abordar su vehículo en un sector del barrio Morazán, de la ciudad de La Ceiba, departamento de Atlántida.

La pareja era originaria del municipio de Sabá, en el también norteño departamento de Colón, donde residían, y la noche del sábado, cuando ocurrió su muerte violenta a manos de pistoleros, andaban de visita en la ciudad puerto, ya que poseían una residencia en el barrio “Mejía”, donde concurrían con regularidad los fines de semana

El 3 de septiembre del 2016, Hernán Natharén y su hermano, Saúl Natharén, fueron detenidos durante un allanamiento realizado a sus viviendas en Sabá, Colón.

En esa oportunidad, según las investigaciones hechas por las autoridades de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN), los hermanos Natharén, residentes en la colonia “La Cholomeña” de Sabá, coordinaban el aterrizaje de las “narcoavionetas” en la zona, además que supuestamente perpetraban otras actividades delictivas en ese sector, por lo cual mantenían atemorizados a los habitantes.

En los allanamientos, las autoridades incautaron documentos vinculados al tráfico de drogas, material y equipo para la elaboración y distribución de cocaína, según se informó.

Se conoció que Hernán Natharén y su compañera sentimental, Yerlyn Herrera, recientemente se habían tomado esta fotografía.

INCAUTARON PROPIEDADES

El 21 de junio del 2017, las autoridades incautaron 24 propiedades a los capos que se convirtieron en los herederos del cartel de “Los Cachiros”, tras que los hermanos Javier y Devis Leonel Rivera Maradiaga y otros miembros de esa organización se entregaron a la justicia de Estados Unidos, bajo cargos de narcotráfico y lavado de activos.

Las incautaciones se registraron durante la operación “Tormenta de Fuego VI”, donde ejecutaron varias órdenes de captura y el aseguramiento de 24 bienes inmuebles a los miembros de la estructura criminal conocida como “Los Peludos”, también herederos de “Los Cachiros”, según la Fiscalía.

Las incautaciones incluyeron vehículos lujosos, entre ellos una limusina Hummer, varios automóviles doble cabina y camiones, así como un hotel, un club nocturno, una casa de empeños y varias residencias, ubicadas en el municipio de Tocoa, Colón.

En esa ocasión detuvieron a cuatro miembros de “Los Peludos”, entre ellos el presunto cabecilla de la organización criminal, Osmín Edilberto Herrera Jiménez, alias “Peto Peludo”.

Debido a la entrega a la justicia estadounidense de miembros de la familia Rivera Maradiaga, conocidos como “Los Cachiros”, vinculados al mexicano cartel de Sinaloa del ahora preso en Estados Unidos, Joaquín “El Chapo Guzmán”, las autoridades policiales estiman que “Los Peludos” quedaron como sucesores, incluyendo a los hermanos Natharén.[mp_carousel_1 carousel_images=»12162476,12162477,12162478,12162479,12162480,12162481″ carousel_start=»false»]

“LOS CACHIROS”
Javier Eriberto Rivera Maradiaga, alias “Javier Cachiro” y su hermano Devis Leonel Rivera Maradiaga son los presuntos líderes del cartel “Los Cachiros”, según el sitio web “InSight Crime”.

El grupo estaba conformado por una familia de antiguos ladrones de ganado y se convirtió en un jugador importante en el comercio de cocaína entre organizaciones colombianas y mexicanas. Se cree que el grupo compraba las drogas a organizaciones colombianas, posiblemente en Nicaragua, así como en su natal Honduras. Luego pasaban la cocaína al cartel de Sinaloa y a otros grupos mexicanos. “Los Cachiros” tenían grandes intereses empresariales y políticos, que se extendían hasta la élite hondureña. Tenían contactos importantes en el Ejército y en la Policía, particularmente en el departamento de Colón, el bastión del grupo.

El gobierno de Estados Unidos comenzó a mostrar un especial interés en “Los Cachiros”, atacando los activos del grupo. En septiembre 2013 ejerció fuerte presión sobre el gobierno hondureño para que confiscara entre US$500 millones y US$800 millones en propiedades de la familia. Presuntamente a través de un acuerdo negociado con la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus iniciales en inglés), dos de los líderes de esta organización se entregaron a las autoridades estadounidenses en enero del 2015, dejando a la organización frente a un futuro incierto.

Javier Rivera se declaró inocente de cargos de tráfico de drogas en febrero de ese año.

En marzo del 2017, Devis Leonel, en una corte de Nueva York, confesó su participación en 78 asesinatos, incluyendo la muerte del zar antidrogas, Arístides González, en 2009.