Epílogo de una historia originada en la sala de maternidad del Hospital Gabriela Alvarado

* LA TRIBUNA dio la primicia del nacimiento de trillizos el 2003
* Después de 15 años los encontramos en el aula del Instituto Técnico Danlí
* Ángel Gabriel, Gabriela Victoria y Gabriela Maricruz, un testimonio de vida.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, EL Paraíso. Hay historias que solo se cuentan una vez, salvo que tengan continuidad con los mismos protagonistas. Era un 17 de septiembre del 2003 cuando recibí una llamada del hospital Gabriela Alvarado. “Se ha registrado un suceso poco común en la sala de maternidad de este centro asistencial, venga para que publique la noticia en el diario”.

La enfermera que llamó estaba emocionada: “vengase rápido para que usted se lleve la primicia, nadie más lo sabe”. Colgué el auricular, tomé la cámara y la acostumbrada libreta como siempre fue mi costumbre, aunque a veces me veo en problemas porque no entiendo mis garabatos, siempre he salido bien librado con las noticias de la zona.

La enfermera estaba esperando, lamentablemente no recuerdo su nombre, era muy bonita la señora, creo que su belleza después de 15 años de aquel suceso la conserva; no la volví a ver desde entonces, pero como olvidar a una persona con un enorme sentido de empoderamiento con su trabajo y más cuando se trataba de nuevos seres que llegaban al mundo.

Una vez en el centro hospitalario pasé de inmediato a la sala de maternidad, muchas parturientas en labor de parto, por cierto; no es común que alguien que no sea médico tenga la libertad de entrar, salvo que sea un familiar cercano de alguna de las encamadas y próximas para subir a la burra.

Con toda discreción avance por la sala de maternidad bastante intrigado por conocer lo novedoso de aquella mañana. La enfermera que hizo la llamada se aproximó diciendo, “venga, aquí está la noticia, esta joven mujer acaba de parir trillizos, lo dejo y haga su trabajo porque allá al fondo hay otra mamá lista para parir”.

15 años después Gabriela Victoria, Ángel Gabriel y Gabriela Maricruz.

Era una buena noticia para compartir, los padres daban señales de preocupación ante lo inesperado. La madre esperaba dos, pero parir tres cambiaba las expectativas de la joven pareja que había llegado desde Santa Rita en el municipio de Teupasenti.

Ana Migdalia Ramos, para entonces contaba con 26 años. Me acerque a la cama donde dormían plácidamente los tres angelitos, la madre todavía despertando de la anestesia, ya que el parto fue por cesárea, sonrió al ver la cámara, mientras su marido José Danilo Pineda, contemplaba con ternura a los recién nacidos.

Luego de platicar con ambos padres les prometí no perderlos de vista porque a partir de hoy serán historia. “Dios nos tenía preparada una sorpresa, la tercera estaba escondida, esperaba gemelos, pero ya la ve allí junto a sus hermanitos durmiendo, es una bendición. Con su ayuda de Dios saldremos adelante, somos una familia de escasos recursos, pero siempre habrá comida”, expresó con optimismo José Danilo Pineda.

La promesa de no perder de vista a los trillizos en cierta forma de torno en una obsesión; no son los únicos trillizos que vienen al mundo, crecen y viven; pero este caso por las circunstancias que se dieron cuando recibí la llamada del hospital, siempre lo tuve presente porque fue pasando el tiempo y nunca más volví a saber de ellos.

Revisando los archivos de fotos encontré las imágenes de aquel parto que para la enfermera fue especial. Sabía que la pareja vivía en una aldea de Teupasenti, pero no conserve sus nombres, por lo tanto no era fácil localizarlos. Con las imágenes en mi poder decidí enviarlas a través de Facebook a la maestra Mercedes Palma con algunos los detalles para la búsqueda. Poco tiempo después, recibí información que los trillizos se habían trasladado a esta ciudad, la madre está en España. Con la información preliminar era asunto de tiempo, así que continúe la búsqueda, afortunadamente con la ayuda de la maestra Palma los encontré para continuar la historia de los trillizos que tanta emoción causó a la enfermera que los vio nacer.

El día que nacieron los trillizos, Ana y el padre, José Danilo Pineda.

Migdalia Nazaret, hermana de los trillizos fue el último contacto para el encuentro definitivo y poder contar a nuestros lectores quiénes son y qué hacen ahora. Ángel Gabriel, Gabriela Victoria y Gabriela Maricruz, con la timidez que caracteriza a los adolescentes, cuentan que tuvieron una infancia feliz a pesar de las limitaciones económicas. Crecieron sanos, fue lo mejor que les pudo pasar. Ya crecidos y con uso de razón se enteraron que LA TRIBUNA publicó lo de su nacimiento. Su abuelo José compró el diario y llevó la noticia a los aldeanos que era abuelo de trillizos. Recorto la página, la enmarco y la guardó como el mejor de los recuerdos de tener en la familia nietos trillizos.

El pasado martes, terminó la búsqueda de los trillizos. Viven en la populosa colonia Nueva Esperanza. En el Centro Básico Francisco Morazán, terminaron el noveno grado, ahora están en primero de la carrera de Informática en el Instituto Técnico Danlí. La conversación fue breve, estaban en el recreo. La poca experiencia de platicar con extraños los vuelve tímidos, era la primera vez que daban una entrevista para hablar de sí mismos.

Los tres, según sus palabras no sienten ser diferentes en su comportamiento, somos hermanos y nada más. Cuando llegamos aquí tuvimos un comienzo muy triste entre los compañeros, nos miraban como raros, pero ya se acostumbraron a nosotros, somos buenos amigos. Lo que todavía no logran superar es la ausencia de su madre, ella se fue a España en busca de oportunidades de trabajo para ayudarlos en su educación. Su papá no se ha separado de ellos, trabaja como maestro de obra.

Un detalle interesante entre los tres es Gabriela Victoria, se nota ser la más fuerte, seria y difícil de arrancarle una sonrisa, Ángel Gabriel, delgado, de poco hablar, pero muy bueno para echar miradas a sus compañeras de clase. Gabriela Maricruz, fue la sorpresa durante el parto, no estaba contemplada su llegada a este mundo. Con los trillizos la familia cerró la fábrica. La pareja ya contaba con tres hijos, Óscar Danilo (24), Cintia (22) y Migdalia Nazareth (21).

El recreo término y todos a clase. Las hermanas en la última fila de atrás. Ángel en otro extremo con sus compañeros. La pregunta de todos, “y cuándo salimos en el diario”. Así concluyó una búsqueda, un reencuentro con la vida de aquellos tres angelitos en la sala del hospital “viejo” Gabriela Alvarado, ahora en un aula preparándose para la vida.

Ella es Gabriela Victoria.
Ella es Gabriela Victoria.
Ana Migdalia Ramos, madre de los trillizos, ahora residiendo en España.
Con el uniforme diario del Instituto Técnico Danlí, los trillizos llevan una vida normal.