Caravana y responsabilidad gubernamental

Por: Nery Alexis Gaitán
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Suma y sigue, ya en nuestro artículo previo planteábamos que si por un lado es cierto que Honduras es un país con altos índices de pobreza; por otro lado, evidenciamos el accionar malsano de la oposición política izquierdista que, en sus afanes de perjudicar al gobierno, no le importa poner en riesgo la vida de los hondureños.

Recién el coyote, exdiputado y activista de Libre, Bartolo Fuentes, fue detenido en Guatemala y luego repatriado. Pero eso no ha impedido que el financiamiento de Libre se haya detenido. En un video difundido por Donald Trump, se mira a dos hombres entregando dinero a los integrantes de la caravana. Como no se puede tapar el sol con un dedo, negar a estas alturas que este movimiento migratorio es una estrategia política de la oposición, ya no tiene sentido.

Cada vez se ha hecho más evidente la manipulación de que han sido víctimas estos compatriotas de limitados recursos. A primera vista uno se conduele al ver niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores, soportando las inclemencias del viaje. La solidaridad recibida, en un acto generoso por los guatemaltecos, no deja de ser un acto ingenuo en el cual sin darse cuenta están apoyando este movimiento político en contra de Honduras.

Pero al ser evidente que están siendo financiados, demuestran que son parte de una trama política, que quizás sin comprenderla del todo, piensan que obtendrán beneficios. Son ingenuos al fin y al cabo, víctimas de políticos deshonestos, a los cuales no les importa si ellos mueren o no en el camino.

Inclusive algunos con trabajo estable y con posibilidades de vivir dignamente, decidieron abandonarlo todo engañados por los políticos manipuladores y se sumaron a la caravana. Como ejemplo citaremos el caso de tres hondureños de La Ceiba, que abandonaron olímpicamente sus trabajos. Así que no es del todo cierto que huyen de la pesadilla hondureña, tal como afirma la izquierda opositora.

Y es que el hondureño está mal acostumbrado, quiere que el gobierno le resuelva toda su vida. Es extremadamente pedigüeño. Siempre espera que venga ayuda internacional para que le den víveres y demás o que tal o cual institución le proporcione lo que necesita para vivir. Así somos de irresponsables.

El ejemplo de una joven madre, soltera y sin compromiso por cierto, de 22 años de edad y que ya tiene seis hijos, refleja lo que decimos. Ella pone a su mamá a trabajar y se la pasa sin hacer mucho. Y quiere que el gobierno le dé casa y manutención para los hijos, como si el gobierno fuera el responsable de su vida desorganizada. Otro ejemplo son las etnias, que pasan lamentándose por la pobreza en que viven y pidiendo ayuda constantemente, tanto al gobierno como a todo tipo de instituciones nacionales y extranjeras. Pero cuando esa ayuda llega, a los cinco minutos ya la andan vendiendo para emborracharse.

De esa forma el hondureño vive irresponsablemente, no bota la basura en su lugar, no es un buen ciudadano, no busca trabajar arduamente para sacar adelante a su familia; en síntesis, no tiene como objetivo mejorar su calidad de vida ni la de los suyos. El índice de hijos abandonados por los padres es alarmante. Existe la excepción claro, de aquellos hondureños que sí son responsables y hacen la diferencia.

Aunque el gobierno tiene responsabilidad social, y eso no se puede negar, y debe seguir mejorando las condiciones de salud y educación entre otros, no es el responsable directo que debe solucionar los problemas familiares de vivienda, educación, etc. De momento, el gobierno ha anunciado el programa “Honduras Estado”, que generará mil puestos de trabajo para jóvenes con capital semilla.

Entendamos entonces que la caravana hacia el norte, si en algún aspecto refleja las necesidades de los caminantes; en otro aspecto solo deja entrever una trama oscura en contra del país por la oposición izquierdista. En verdad, el norte está en Honduras, trabajemos duramente por el bien colectivo. Muchos de la caravana entendieron que han sido usados y están regresando.