¿CÓMO ABORDAR EL ÉXODO MIGRATORIO?

UNAS horas después de haber tomado posesión el mexicano, como paliativo al problema migratorio, informó en rueda de prensa: “Estamos presentando una propuesta para impulsar el desarrollo en Centroamérica, con inversión tripartita de Canadá, Estados Unidos y de México, para que empresas y gobiernos de los tres países podamos iniciar un plan para impulsar el desarrollo de sur a norte”. Ya antes en una conversación telefónica sostenida con el inquilino de la Casa Blanca intentó convencerlo que la mejor forma de evitar la avalancha de mexicanos cruzando la frontera y atemperar los efectos negativos del tráfico de droga y las redes criminales, sería si Estados Unidos decide invertir en grandes proyectos en su país, que den buenos trabajos a sus compatriotas. Tiene razón, el NAFTA pudo multiplicar el comercio bilateral al lograr acceso al gran mercado norteamericano. Así desarrollaron la zona norte de aquel país.

Una vez que los mexicanos obtenían buenos trabajos localmente no sentían la necesidad de cruzar la frontera. Sin embargo, pese a que el tratado de libre comercio ha disminuido la migración azteca a los Estados Unidos, creando fuentes de trabajo en México, ahora la administración norteamericana renegoció el tratado, bajo el criterio que este solo beneficiaba a su vecino en detrimento de las empresas y de los trabajadores norteamericanos. Así que esa noción de reducir la inmigración, creando más oportunidades en los lugares de origen, funciona, nada más que en estos momentos no es muy popular en Washington. Allá más bien exigen que los países busquen cómo detener a sus connacionales –con otro tipo de medidas– para evitar que estos lleguen a la frontera. Sin embargo, a raíz del fenómeno de las caravanas procedentes de los países centroamericanos, que ha provocado escandaloso interés cuando la multitud de peregrinos permanece estancada en ciudades mexicanas, ahora el plan del gobierno azteca se amplía, para abarcar a sus vecinos del sur. Interesante la propuesta. Ya el Triángulo Norte había preparado un Plan para la Prosperidad. Este nació de la convocatoria en Washington a los gobiernos centroamericanos, por aquella avalancha de niños no acompañados que cruzaron sus fronteras. Esto ocurrió en la administración anterior. La conclusión de aquellas conversaciones fue que la forma de evitar los éxodos migratorios era atacando el problema en los lugares de origen.

Ello es reduciendo la violencia, mejorando las condiciones de vida, creando oportunidades de trabajo para que los peregrinos optaran por quedarse en sus hogares y no migrar. Para eso, por supuesto, estos países acabados necesitan recursos. Hasta la fecha no sabríamos decir si hubo desembolso y en qué montos, de aquellos recursos comprometidos para el Plan para la Prosperidad. El ofrecimiento como que quedó empantanado en el debate político. Hay una abismal disparidad entre el desarrollo de los estados del norte de México y el atraso de los del sur. Desde el Plan Puebla Panamá, ese ha sido un afán de los mexicanos, integrar su mercado menos próspero con los mercados de sus vecinos del sur. O sea, ayudar a las comunidades del sur de México vendiendo más en los mercados centroamericanos. A ver si esta propuesta de AMLO es la misma aquella que nunca arrancó, o si se trata de algo nuevo. Ah y si eso sea digerible en la actual política de “Make America Great”.