¿ALEGRÓN DE BURRO?

¿RECUERDAN el alegrón de burro de unos días atrás? Con el triunfo de AMLO en México y las nutridas caravanas de peregrinos que se quedaron atascadas en su país, el fenómeno migratorio vuelve a llamar la atención. Desde la tierra azteca el nuevo gobierno anuncia con efusivo entusiasmo que ha logrado anclar “un programa de cooperación bilateral con Estados Unidos que contempla una multimillonaria inversión en el sur de México y en Centroamérica para impulsar el progreso y frenar la migración”. Pues bien, no se entusiasmen demasiado. Este es el último Twitter de Trump: “Honduras, Guatemala y El Salvador no están haciendo nada por EE UU, sino que se están llevando nuestro dinero. Se dice que se está formando una nueva caravana en Honduras y no están haciendo nada al respecto. Cortaremos toda la ayuda a estos 3 países, ¡se han aprovechado de EE UU durante años!”.

Recientemente decíamos que el Plan Alianza para la Prosperidad, al que Washington prometió financiar con recursos sustanciales, pero el desembolso cayó presa de la enredadera política electoral, fueron castillos en el aire. El generoso paquete de recursos para ese plan fue ofrecido por Washington cuando la erupción en las fronteras de madres con sus hijos y niños no acompañados, encendió las alarmas en los Estados Unidos, con cobertura masiva ofrecida por las grandes cadenas informativas. El plan destinado a atacar los móviles de la inmigración. La inseguridad; el temor a la violencia desatada por las pandillas y el crimen organizado; las paupérrimas condiciones en sus comunidades; la imposibilidad de encontrar trabajo en su tierra natal. Sin embargo, todo aquello fue papel mojado. El cambio de bastón de mando enterró el financiamiento comprometido por la administración anterior. Así que cuando estalló el escándalo de las caravanas utilizadas como tema electoral de seguridad fronteriza, y de Washington indagaban qué hacían estos países con toda esa masiva asistencia que les mandaban, los gobiernos se quedaron mudos sin saber qué responder. (¿Cuál manantial de asistencia –murmuraron en voz baja sin levantar la voz– si el mentado Plan de Alianza para la Prosperidad ni siquiera pudo arrancar, mucho menos levantar vuelo?). Aparte de lo anterior, como el gobierno federal está parcialmente inmovilizado –sin recursos para pagar a unos 800 mil funcionarios y empleados públicos– por falta de aprobación de un presupuesto, la Casa Blanca vuelve a presionar al Legislativo. Este fue otro de los twitters:

“Nos veremos forzados a cerrar la frontera sur completamente si los demócratas obstruccionistas no nos dan el dinero para terminar el muro y cambian también las ridículas leyes migratorias”. Aunque también en otro mensaje infiere que sería rentable cerrar la frontera: “Estados Unidos pierde mucho dinero en comercio con México bajo el TLCAN, más de 75,000 millones de dólares anuales (sin incluir el dinero de la droga que sería varias veces esa cantidad)”. La vaina de todo esto es el efecto que está teniendo la incertidumbre en Wall Street, con volatilidad y pérdidas imprevistas de fin de año. La economía hondureña depende de la salud de los mercados norteamericanos. La Reserva Federal ha elevado las tasas de interés. También eso repercutirá domésticamente. Hace poco propusimos un pacto social para enrumbar el país. Pero aquí nadie escucha. Así que con estas perspectivas sería bueno que siquiera empresarios y gobierno se reúnan de urgencia para idear algún plan que sirva de arranque positivo como entrada de este año que viene.