Todos los años por estos meses, los medios de comunicación nos informan de las negociaciones que el gobierno, empresa privada y trabajadores realizan sobre el incremento al salario mínimo, de que habla la ley respectiva.
Por regla general, casi siempre no se ponen de acuerdo en el incremento, que supuestamente es en base al costo de la vida, por lo que toca al gobierno de conformidad a lo establecido en su ley, fijar el aumento del mismo.
Lo divertido de este jueguito de cada año es que una vez aprobado el supuesto incremento, nuestros empleadores, proceden al incremento de sus productos, uno de los ejemplos que observamos con más regularidad, es lo que sucede en algunos cafés que se han constituido en monopolios, que funcionan por el centro de la capital, como por otros centros comerciales, que sube el salario mínimo y al día siguiente el precio del café vale tres, cuatro y hasta cinco lempiras más.
El ejemplo que citamos es la regla general, que se repite de año en año, ojalá el gobierno ideara un procedimiento para control de precios de los productos, sujetos al salario mínimo, de lo contrario estaremos cada año haciendo lo mismo para lo mismo.
Manuel Aguilar Palma
Periferia de San Miguel de Heredia