Según la FAO: Mujeres son la clave para lograr un mundo sin hambre

“Alcanzar la igualdad de género y empoderar a las mujeres no solo es lo correcto, sino que es un ingrediente fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la malnutrición”, aseguró el director general de la FAO, José Graziano da Silva.

“Todo es cuestión de oportunidades. Las evidencias demuestran -dijo- que cuando las mujeres cuentan con oportunidades, los rendimientos en sus explotaciones aumentan y también sus ingresos. Los recursos naturales se gestionan mejor. Mejora la nutrición. Y los medios de subsistencia están más protegidos”.

Hambre Cero

El Comisario europeo de Cooperación Internacional y Desarrollo, Neven Mimica, señaló “a menudo se dice que si educas a una mujer, educas a toda una generación. Lo mismo ocurre cuando empoderamos a las mujeres en cualquier ámbito, no solo con el acceso al conocimiento, sino también a los recursos, la igualdad de oportunidades y dándoles voz”.

Sin embargo, las estadísticas actuales sugieren que el mundo no está alcanzando este objetivo, según Mimica. “Sabemos -dijo- que los rendimientos agrícolas aumentarían en casi un tercio si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres. Como resultado, habría hasta 150 millones menos de personas hambrientas en el mundo. Y sabemos que los niños tienen perspectivas de futuro mucho mejores cuando sus madres están sanas, y cuentan con recursos económicos y formación. Especialmente durante los primeros mil días de la vida del niño”.

“Si queremos de verdad poner fin a la pobreza y al hambre de una vez por todas, necesitamos ampliar todo nuestro apoyo a las mujeres de las zonas rurales. Como forma de invertir en las familias, en nuestras comunidades, en nuestras sociedades y en el futuro de nuestro planeta”, dijo el Comisario de la UE.

Datos clave
• En los países en desarrollo, las mujeres representan el 45% de la mano de obra agrícola: desde un 20% en América Latina hasta el 60% en zonas de África y Asia.
• En todas las regiones, las mujeres son menos propensas que los hombres a poseer o controlar la tierra, y sus parcelas suelen ser de peor calidad. Menos del 20% de los propietarios de tierras en el mundo son mujeres.
• Si las agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, el número de personas hambrientas en el mundo podría reducirse hasta en 150 millones, gracias a los aumentos de productividad.
• Las mujeres reinvierten hasta el 90% de sus ganancias en sus hogares, dinero que se destina a nutrición, alimentos, atención médica, escuela y actividades generadoras de ingresos, ayudando a romper el ciclo de la pobreza intergeneracional.