Sergio Portillo, alcalde de Santa Rita, Copán:

Padre e hijo son los protagonistas de esta historia. Los dos son alcaldes de diferentes municipios, pero en el mismo departamento y del mismo partido. Es un caso único en la historia política hondureña y en América Latina. Mientras el padre, Sergio Portillo, creció admirando a “Monchito” Cruz y Ricardo Zúñiga Agustinus, líderes nacionalistas de los años setenta, su hijo, Damián Raúl, creció admirándolo a él. Ahora, comparten los mismos anhelos y lidian casi con los mismos problemas de sus empobrecidas comunidades. Solo hay algo en lo que nunca van estar de acuerdo: Uno le va al Motagua y el otro al Olimpia.

¿De qué viven en Santa Rita?
Mi pueblo se dedica al cultivo del café, básicamente en eso consiste su economía, cuando los precios andan bien, el pueblo anda bien. Hay comercio y ganadería en pequeña escala. Tiene 278 kilómetros cuadrados donde viven casi 40 mil personas.

¿Siempre vivió ahí?
Viví durante mi niñez, pero al pasar el sexto grado emigré a Santa Rosa de Copán para entrar al colegio. Ahora tenemos seis colegios hasta el noveno grado.

¿Han cambiado las costumbres en su pueblo?
Se han perdido muchas costumbres del hogar como decir muchas gracias, por favor, con permiso, le ayudo.

¿De dónde le surge el gusanito de la política?
Ese gusano es familiar, pero también de mucha sensibilidad humana. Vengo de una familia solidaria, dispuesta a ayudar.

¿Alguien fue alcalde en su familia?
Mis tíos, Guillermo López y Óscar López, fueron alcalde de Florida; un primo hermano se lanzó dos veces sin éxito, pero luego fue diputado suplente.

¿Siempre fue cachureco?
Siempre, aunque no me considero conservador, como nos tildan.

¿Cómo llega a la política?
A mediados de los años setentas, vine a Tegucigalpa y me interesé por los cambios que impulsaban los dos partidos de ese entonces que veníamos de dos golpes de Estado y gobiernos militares. Por ahí me gustaron líderes nacionalistas como “Monchito” Cruz y Ricardo Zúñiga, aparte que toda mi familia era nacionalista.

¿Perdió alguna elección?
Perdí la primera vez que me lancé en la campaña de Ricardo Maduro, pero en la siguiente con “Pepe” Lobo ganamos a pesar que perdimos la presidencia de la República.

¿Qué tiene usted para que la gente lo haya elegido cuatro veces consecutivas?
Voy a serle sincero: Mi carácter es un poco fuerte, impulsivo, pero soy justo. Le doy la razón al que la tiene. La gente me quiere porque defiendo a mi municipio, no permito que nadie se burle ni le haga daño a mi gente.

¿Manos limpias en su gestión en el manejo de los fondos?
Le diría que sí, aunque los opositores tengan otra opinión y eso lo respeto, porque después de 12 años al frente de la alcaldía siempre hay gente que quiere el fracaso de uno.

¿Lo han querido sacar?
A toda costa: Con tácticas de dinero, falacias, campañas sucias, inventos, pero no han podido porque me aferro mucho al poder divino. Dios ve el corazón de la gente.

¿Cuáles son sus principales logros como alcalde?
Entre proyectos grandes y pequeños, unos dos mil proyectos, más de cien proyectos de electrificación, escuelas, carreteras, proyectos de agua potable, programas sociales, generosidad con la gente en todo momento.

¿Qué proyectos se propone en este nuevo período?
Completar la electrificación de mi municipio. Son unas 122 comunidades y dentro de estas comunidades nos faltan unas 20 comunidades que no tienen luz.

¿De dónde vienen sus ingresos?
De los tributos que el pueblo paga, que es poco, pero estamos haciendo buen uso de los pocos recursos con los que contamos.

¿Es su último período o hay Sergio para ratos?
Gracias a Dios, físicamente estamos bien, el estado de ánimo es el mismo que cuando inicié, pero con más experiencia en cada período.

Si le hubiera tocado enfrentar a su hijo en política ¿Cree que le gana?
Me vence. Seguro, porque es un hombre carismático. Se da a querer, solidario. Un político nato.

¿Debe castigarse a los líderes nacionalistas acusados de corrupción?
A todos ellos y a los de otros partidos. La justicia debe ser como la diosa Temis.

Damián Portillo, alcalde de San José, Copán:

Hijo de tigre sale rayado, dice el dicho y este es el caso de Damián Portillo, alcalde de San José, Copán. Este es su primer período, siguiendo el ejemplo de su padre, quien ha gobernado cuatro veces en Santa Rita, un municipio vecino. La clave, dice, es trabajar y servirle a la gente.

¿Cómo llegó a San José si sus padres son de Santa Rita?
Llegué a San José porque mi padre y mi madre llegaron a vivir ahí cuando yo tenía un año de edad.

¿Le tocó trabajar o lo protegía su padre?
Trabajé desde pequeño y mis padres nos enseñaron el respeto y el servicio a los demás, valores cristianos y eso es muy importante en un país donde se ha perdido el respeto a los demás.

¿Usted acompañaba a su papá en la política?
Siempre participé en política desde pequeño. Mi papá tuvo un camino difícil para ser alcalde y ya siendo alcalde es más difícil porque era un municipio netamente liberal. Es un ejemplo para mí.

¿Cuántos habitantes viven en San José?
Es un municipio pequeño, tiene seis aldeas, 60 kilómetros cuadrados y ocho mil habitantes.

¿Es fácil ser alcalde?
No es fácil, pero con mucha humildad le digo que hemos avanzado, la gente está contenta, pero sabemos que falta mucho por hacer en salud, educación, vivienda, carreteras.

¿Se deja “cochar” de su papá?
Siempre platicamos, escucho sus consejos que me sirven mucho, tenemos una comunicación de padre e hijo, no digo que ya aprendí, estoy aprendiendo cada día.

¿Quién lo impulsó a ser alcalde?
En parte, siguiendo los pasos de mi padre; primero fui regidor y luego vicealcalde. Todo eso me sirvió porque me permitió conocer mi municipio y sus principales necesidades.

¿Qué necesita su municipio?
Tenemos que avanzar en educación, mejorar la infraestructura en escuelas y kínderes para que los niños se puedan superarse.

¿Cómo recibió la alcaldía?
Me da pena de decirlo, pero recibimos un municipio no en buenas condiciones.

¿Quebrado?
Tal vez no quebrado, pero sí en retrasos, sin edificio municipal, sin oficinas propias.

¿Su antecesor era liberal?
No, nacionalista, pero estamos mejorando y este año estaremos terminando un salón municipal, vamos a construir un edificio porque la gente lo pide.

¿El gobierno los está apoyando?
Muchísimo, no teníamos carreteras de acceso en buen estado y ya lo tenemos y pronto esperamos la pavimentación desde la CA-4.

¿Qué tan rival sería su papá para usted?
Tiene muchísima más experiencia y conocimiento, he aprendido muchísimo de él, sobre todo el don de servicio.

Usted que conoce los dos municipios ¿Cuál es más fácil gobernar?
Santa Rita es más difícil, tomando en cuenta que la población es tres veces más que San José y en la medida que hay más gente, hay más necesidades.

¿Cómo le va con los ingresos?
Recibimos casi lo mismo de las transferencias de los gobiernos, pero ninguno los dos municipios es fácil gobernarlos, tenemos que priorizar para poder responderle a la gente.

¿Cuál es la principal virtud que debe tener un alcalde?
Tomar buenas decisiones, porque con una mala decisión condenamos a la gente, hay que ser sabios para ayudarle a la gente.

¿Qué le admira a su papá?
Sobre todo, la lucha y la entrega, el deseo de servirle a su pueblo y en general a la gente. Es un don que tiene, si la gente ocupa un lempira y él lo tiene, se lo da.

¿Habían estado alguna vez juntos en un medio de comunicación?
Es la primera vez.

¿Piensa llegar tan lejos como su padre?
Es muy prematuro pensar en otra elección, estamos trabajando y luego que la gente valore y Dios decida si merecemos seguir.

¿Qué piensa de todos estos casos de corrupción que involucra a líderes de su partido?
No es fácil el momento que vivimos, pero sabemos que el partido tiene gente capaz para salir adelante.

¿Está debilitado su partido?
El partido está fuerte, es el único partido unido en este momento. Los demás luchan por unirse para vencer a nuestro partido, seguimos siendo opción de desarrollo para Honduras.

¿Qué beneficios destaca del gobierno?
El programa masivo de beneficios a través de Vida Mejor. Solo cambiar el piso de tierra por uno cemento genera un beneficio inimaginable para las familias pobres. En mi municipio, el gobierno nos ha construido 600 pisos, 20 casas, 200 techos, eso me motiva a trabajar.