La alondra negra

Elsa de Ramírez

Ha llegado a nuestras manos como un obsequio de año nuevo, la novela -La alondra negra- tercera edición 2018 conmemorativa de las bodas de oro de La Sociedad Literaria de Honduras (SOLIHO); dedicado a Lidia Sambulá -La alondra negra de Honduras- e In Memoriam a Magda Alvarado “La dama del teatro”, prologada por la averiguática amiga, trabajadora del lenguaje y por la cultura hondureña, Vilcast (doña Vilma Isabel Castillo Hernández) columnista del interesante segmento “Pecadillos Idiomáticos” publicado todos los sábados en este rotativo).

La alondra negra pertenece a “…Isidro España, maestro en arte dramático, escritor y periodista, nacido en La Ceiba, Atlántida; quien dentro de su gran trayectoria como dramaturgo, escritor y periodista ha recibido altos reconocimientos y premios nacionales e internacionales. El autor de esta interesante obra ha dedicado su vida a las artes y a la educación infantil, utilizando las bondades del teatro como herramienta didáctica y de entretenimiento. Es director de la Revista Infantil Tin Marín, Casa de la Cultura de Teatro Infantil de Honduras “TIH” y Teatro Camino Real. Además es presidente del Concejo Regional de Cultura departamentos de Francisco Morazán y El Paraíso, desempeñando también el cargo de coordinador del Concejo Consultivo y de los Concejos Regionales de Cultura a nivel nacional y presidente de la SOLIHO 2018-2019…”.

A continuación compartimos el prólogo de esta novela de la brillante pluma de doña Vilma Castillo que a la letra dice: “Habría que comprender a Lidia Sambulá, la alondra negra, como mujer hondureña, madre sufrida, cantante internacional, envuelta en trágicas circunstancias. Por qué escapó de su cultura y de las condiciones impuestas por la naturaleza: quería vivir distinta y morir diferente.

Sin embargo, el carácter de Julio, su contraparte en la novela, quien trató en todo momento de reproducir la vida de Lidia al siglo pasado; lo que no vio en las décadas de gloria de la famosa artista hondureña Lidia Sambulá; lo logró, al tocar la cima en una noche de concierto y mostrar su voz privilegiada. Empero, la alondra negra, acostumbraba a seguir sus instintos, resolviendo su vida a la zumba marumba, cada minuto que pasaba, se escapó de su nuevo nido.

Sea por lo que sea, nuevamente el escritor, periodista, maestro en arte dramático y director escénico Isidro España, nos deleita con este excelente trabajo y técnica del género literario, en una expresión viva del ser humano.

El empeño del autor de esta novela corta La alondra negra, es tan grande, que a pesar de que Julio su personaje masculino, no pudo satisfacer las necesidades de quienes le rodearon en su vida pasada, el autor no se resigna. Produce en cada lector, un sabor de ritmo y melodía, dejándonos ver en Lidia, su corazón, su integridad, para conocer de ella su apasionada vida artística y noches de bohemia, letra por letra, palabra por palabra.

Esta prosa rica en vocabulario y con muchos signos de puntuación, finamente redactada con el objetivismo de lo que el autor ve, pareciera que hasta él se incluye como un personaje más de la trama y nosotros su público asistente, la pasamos negra, esperando caer en el final de su técnica narrativa y estilo literario como solo Isidro lo puede realizar, para entender algo de intimidad de esta raza, para saber pensar, donde ni el racismo, ni la discriminación y la necesidad de comprender el entorno que envuelve a todo ser humano, llevó desde los tiempos vividos a una mujer negra, real, con una voz extraordinaria, a tratar de establecer explicaciones capaces de dar coherencia en la semántica y a su erudito conocimiento.

Advierte doña Vilma en su prólogo: “… si al final de la lectura llegan ustedes a la conclusión de que la sociedad aún vive en el caos, la incertidumbre, la ignorancia y la injusticia, entonces han acertado. Pues podría ser que en las páginas de su vida, donde significa mucho la justificación de las actividades humanas, las normas de actuación y ser un modelo ejemplar… alguien lo está esperando para que tienda su mano sin interés, así como Lidia la recibió.

Hoy por hoy, Lidia Sambulá, la alondra negra, con la voz más bella que no rescatamos los hondureños y ella con sus poderes del más allá, comprenderá que para honrarla, la historia de su vida, no quedó en vano; y que al rescatarla en estas páginas, fue escrita por el que la conoció, un vencedor: Isidro España. Firma su averiguática amiga. Vilcast”.

Convidamos, pues, a nuestros lectores a adquirir esta pequeña gran obra nacida del intelecto de un hondureño sobresaliente, que ha logrado traspasar las fronteras de la incomprensión y salir en caballo blanco, airoso como un jinete cabalgando por los anchos caminos de la literatura, el arte y la cultura que han sido su pasión prácticamente desde que asomó al mundo.