El Vaticano dijo en un comunicado el martes que el padre Hermann Geissler rechaza la denuncia y se reserva el derecho de presentar una demanda civil.
Geissler, quien quiere que la iglesia siga investigando las denuncias, dijo que renunciaba para “limitar los daños ya causados” a la Congregación de la Fe, la oficina del Vaticano que maneja los casos de abuso sexual y de la cual era jefe de personal.
Doris Wagner, que era una monja en la orden alemana de Geissler conocida como “La Obra”, acusó públicamente al sacerdote en una conferencia sobre mujeres y abuso sexual por el clero que se realizó en Roma en noviembre.
Se han multiplicado las denuncias de abuso y acoso sexual clerical por religiosas, como extensión del movimiento #MeToo y el escándalo de los abusos sexuales.
Hacer proposiciones sexuales en el confesionario es un delito grave en la iglesia, dado que el penitente se encuentra en un estado vulnerable y pide la absolución de sus pecados a un sacerdote. (AP)