Cucharada de su propia medicina

Por Armando Cerrato

El expresidente de Honduras José Manuel Zelaya Rosales y coordinador propietario del Partido Libertad y Refundación (Libre), recibió el domingo 27 de enero pasado una “cucharada” de su propia medicina.

Zelaya Rosales se presentó muy temprano, supuestamente a arengar a un grupo de sus seguidores en la colonia Kennedy de Tegucigalpa, porque había ordenado días atrás a sus comandos de insurrección en todo el país que salieran a las calles a protestar contra el gobierno que según él es “usurpador”.

Para su sorpresa el comando que había salido a las calles le esperaba, no para congraciarse con él, sino para abuchearle y mostrarle pancartas rechazándole y gritándole a su vez estar aburridos de sus “mentiras y traiciones” y el no querer verle más por esa zona en son de guerra.

Como Zelaya insistiese en incitar a los ciudadanos que se manifestaban en su contra a que siguieran su línea de oposición al gobierno, el grupo comenzó a lanzarle piedras, por lo que un pelotón antimotines de la Policía Nacional, enviado al sitio para evitar la toma de las vías públicas, lanzó gases lacrimógenos y puso sus escudos en alto protegiendo al expresidente que huía corriendo hacia su carro en el cual se marchó rápidamente del lugar con el asombro reflejado en su rostro.

El singular hecho de violencia popular contra el máximo líder opositor al gobierno fue captado en video que ha circulado viralmente en las redes sociales y en las pantallas de teléfonos celulares de las dos compañías que prestan este servicio en Honduras.

Quizá esa demostración antizelayista marque el principio del fin de una crisis política generada por el líder de Libre que desde comienzos del 2010, tras el generoso gesto del gobierno nacionalista de Porfirio Lobo Sosa regresó al país protegido por una amnistía para sus delitos políticos.

“Mel” más temprano que tarde deberá responder por presuntos delitos económicos y políticos, junto a muchos de los que fueron principales colaboradores durante su período presidencial, 27 de enero del 2006 a 29 de junio de 2009, porque faltando 6 meses para finalizar su período fue defenestrado por querer perpetuarse en el poder.

A medida que pasa el tiempo y debido a su desmedida ambición por el poder que lo lleva a negociaciones cuasi secretas con el poder constituido que le tolera y le da migajas institucionales para favorecer a algunos de sus más fieles activistas, manteniendo así viva la ambiciosa llama que dio vida a Libre.

Sin embargo, la vocación democrática de la población hondureña no afecta a Libre, entiende y aprueba en que el gobierno adversario por Zelaya use como extintor las migajas de poder que le otorga para apaciguar el incendio social, iniciado por la chispa zelayista que no logró prender la seca zacatera sobre la cual fue lanzada.

En una demostración de comprensión democrática, el Partido Nacional muy inteligentemente se ha abierto a la negociación en aras de una reconciliación que le permita hacer una gobernanza exitosa en paz, para que la gobernabilidad se traduzca en beneficio social-popular que amortigüe su desgaste en el ejercicio del poder, mientras se prepara para la próxima contienda electoral que será sumamente dura, pues en la palestra se duplicará (de 5 a 10) el número de partidos políticos en liza, si es que sus organizadores logran reunir las 75 mil firmas y huellas digitales que exige por ahora.

La proliferación de partidos políticos plantea una lucha más económica que por alcanzar el poder, pues la mayoría de los líderes, organizadores de los mismos, tras de lo que andan es de la deuda política que paga -por ahora- Lps. 39.00 por voto obtenido.

La proliferación de partidos se da como una concesión democrática, pero a la vez estratégica de quienes tienen la sartén por el mango en estos momentos, porque siguen el viejo principio maquiavélico de divide y vencerás, confiando en la tradicional disciplina con que se maneja en el campo político nacional.

Licenciado en Periodismo