Un problema que ellos mismos crearon

Por Rafael Delgado Elvir
Economista. Catedrático universitario

Soltaron los leones en un proceso que se llamó liberalización del mercado. Estos se abalanzaron sobre la pesada presa que se llama la ENEE. Enterraron sus garras sobre las espaldas del animal para desestabilizarlo, mientras otro se lanzó al cuello y enterró sus afilados dientes para quitarle el oxígeno. Se trata de una muerte lenta e intencionada, que ha corrido frente a los ojos de todos los últimos gobiernos sin que se haya hecho algo para pararla. Ahora el gobierno nacionalista, el mismo que crió a los cachorros y ya grandes los soltó para que se alimentaran, asegura nuevamente que quiere salvar la ENEE. Sinceramente, esto es imposible de realizarse con los actuales gobernantes que maniobran en este convulsionado ambiente del país más para salvarse ellos mismos que para brindar soluciones al país.

Según los estados financieros de la ENEE, la empresa vendió el año 2018 al público energía eléctrica por un monto cercano a los 24 mil millones de lempiras. Sin embargo, tiene egresos por la compra de esa energía que suman cerca de 22 mil millones de lempiras, de los cuales 4 mil millones lempiras son los llamados cargos fijos que se le pagan a los generadores. Le pagó 3.6 mil millones a la EEH por el servicio que presta mediante una alianza pública-privada de mantener la red de distribución, facturar, cobrar y reducción de pérdidas. Bajo esas condiciones y las de un consumidor al que no se le puede cargar con más, esto al final se convierte en un esquema de negocios imposibles de mantener: comprar energía cara, perderla en un sistema de transmisión y distribución defectuoso, tercerizar servicios caros y vender a precios controlados que no cubren sus costos.

En una conversación del Capítulo de San Pedro Sula del Colegio Hondureño de Economistas con Marlon Tábora, los economistas allí presentes le entregamos un memorándum que sintetiza nuestra posición respecto a lo que se debe hacer en materia de política económica para encausarla por un mejor camino, incluyendo una reforma al sector eléctrico. Le manifestamos que previo a cualquier cosa, debe existir un compromiso de combate a la corrupción institucionalizada, de combate a la impunidad de los que han asaltado las arcas del Estado; de austeridad, eficiencia y transparencia en todos los asuntos públicos; de respeto a las instituciones y a sus leyes. Son puntos fundamentales, pero que a nuestro parecer han sido olvidados a propósito por los que nos gobiernan y que hacen imposible el éxito de cualquier plan de reforma de lo que sea.

En el caso del sector eléctrico estimamos necesario salvar la ENEE como institución clave con intereses nacionales en un mercado tan estratégico como lo es la energía eléctrica. Mediante un proceso de revisión de los contratos con los generadores y con la EEH se deben ajustar los costos a niveles aceptables para la supervivencia de la institución y para proveer un servicio de aceptable en cuanto a precios para los consumidores. Es necesario invertir en energía hidroeléctrica barata. Hay que revisar los precios y los cargos fijos que se le pagan a los generadores; es necesario reducir las pérdidas en el sistema de transmisión y distribución; que EEH cumpla con sus compromisos contractuales. El interés particular de un par de empresas y la ineptitud de un par de políticos no puede poner en precario la seguridad y la solvencia de todo un país. Para que esos contratos leoninos no vuelvan a repetirse es necesario sentar un precedente sometiendo a cuentas a los que desde el Estado y la empresa privada llevaron la situación de la empresa a estos límites.