¿Aceptas el reto?

Por José María Leiva Leiva

Esta semana, viendo horrorizado un video de dos “gladiadores” hondureños que se batían a duelo en plena vía pública en una ciudad del país, armados de dos filosos machetes ante la vista, paciencia y tolerancia de cuantos parroquianos asistían –entre incrédulos, temerosos o de repente hasta fascinados–, a presenciar este grotesco espectáculo digno del coliseo romano de antaño, realmente uno se hace la pregunta del millón, ¿qué nos ha pasado? ¿Dónde quedó nuestra humanidad? La reflexión no es única, pues tiene antecedentes casi con carácter universal orientados a describir por igual el mundo de barbarie, complacencia y menosprecio en que nos toca vivir.

Una presentación mucho antes vista en Youtube, señala globalmente una sociedad donde hemos hecho un comercio de la desgracia de nuestros hermanos. Donde es mejor grabar como te matan que hacer algo por evitarlo, como en el caso del video hondureño relacionado. “Nos burlamos –dice–, del más pobre, lo denigramos, violentamos sus derechos. Hemos perdido totalmente el respeto por la vida, a las especies, ya no produce el más mínimo escozor grabar directo al rostro de un cadáver, porque esto nos traerá rating”.

“¿En qué tipo de monstruos nos hemos convertido? Con raras y contadas excepciones, nadie es capaz de hacer buenas acciones, nuestro sistema de valores está de cabeza y a lo malo llamamos bueno y a lo bueno, malo. ¿Qué nos está pasando? Lo que antes nos escandalizaba hoy nos divierte, los videos que más visualizaciones tienen en las redes son los que convierten en un show las miserias humanas más profundas. Nadie abona a la paz, todos queremos ver sangre y hasta pagamos por ello. Nadie respeta”.

Concluye con no menos punzantes cuestionamientos: “¿Dónde quedó nuestro lado noble? Ese que ama, que ayuda, que hace pequeños milagros. Ya nadie disfruta de los pequeños detalles de la vida. De los atardeceres, de las sonrisas, de las conversaciones francas, de la amistad pura, del amor real. ¿Qué nos pasa? Es tiempo de reaccionar, por nuestro bien, por nuestros hijos, por nuestro país. El cambio no viene de la noche a la mañana, pero puede empezar hoy… con vos. ¿Aceptas el reto?”.

Otro mensaje motivacional compartido en la red, nos invita en sentido metafórico a ganar las estrellas en caso de perder el techo. Agrega: “A veces pierdes lo que querías, pero conquistas lo que nunca imaginaste. No todo depende del tiempo, sino de la actitud con que se mira la vida. El tiempo es como un río, nunca podrás tocar sus aguas dos veces, porque el agua que ya pasó nunca pasará de nuevo. Aprovecha cada minuto, segundo y hora de tu vida y recuerda: Nunca te fijes en la apariencia de las personas porque esta cambia con el tiempo. No busques a la persona perfecta, porque no existe”.

En cambio ama las imperfecciones de las personas, que eso es lo que las hace realmente únicas. Busca por encima de todo, a alguien que sepa tu verdadero valor, que te quiera y acepte con todo y tus días grises. La vida no es color de rosa, hay muchas escalas de grises que pintan el paisaje de tus días. Y en la misma idea, imperdibles me resultan las siguientes expresiones del inolvidable Facundo Cabral, cantautor argentino, trovador y pasajero del mundo, cuando dice: “Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella”.

“De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día. Vive de instante en instante, porque eso es la vida. Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?”.

“No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno.

Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad. Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Si quieres recuperar la salud, abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades. El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse”.

“Quizá nuestro mayor reto presente sea constatar que no estamos solos, que compartimos universo. Nos encontramos en la más preciosa aventura jamás vivida: la suerte inmensa de reunirnos, festejar, reír y materializar, desde nuestra individualidad, un universo de colaboración entre sus seres, quienes, gobernados desde nuestro universo interior, vivimos el sueño de ser amor universal”. ¿Aceptas el reto?