Bukele: “El dinero alcanza cuando nadie roba”

Por Óscar Lanza Rosales
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En las pasadas elecciones presidenciales del hermano país de El Salvador, salió electo presidente Nayib Bukele, un joven de 37 años de edad; el gobernante más joven del mundo y el fenómeno político del momento.

Un milenial, que se define como centrista, sin ideología; ganó como candidato de Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA) de derecha, con más del 53% de los votantes, a todos los partidos, incluidos el derechista ARENA y el izquierdista FMLN. Algo inimaginable, según el mismo Bukele.

Para que se formen una idea de su personalidad, les voy a contar algunas de sus particularidades.

Nayib es hijo de Armando Bukele Kattán, de origen palestino, que dirigió el islamismo en San Salvador y de Olga Ortez, salvadoreña.

Los analistas dicen que Bukele es una viva imagen de los milenials -sin estudios formales, autodidactas, emprendedores, sin amor al dinero- de chumpa, jean, camiseta deportiva, gorra, anteojos oscuros, barba y celular.

Comenzó a estudiar Derecho, pero no terminó la carrera y se puso al frente de la empresa de publicidad que heredó de su padre, donde ha realizado un buen trabajo. Los que lo conocen destacan su inteligencia, innovación y conocimiento de la problemática de El Salvador. Su trayectoria política es de apenas siete años. Hasta 2011 era un simple empresario, pero en 2012 decidió insertarse con el FMLN, compitiendo y ganando la alcaldía de Nueva Cuscatlán, un municipio de ocho mil habitantes.

Aunque su gestión de tres años pasó desapercibida, en el 2015 le ofrecieron la candidatura a alcalde de San Salvador, ganando las elecciones, para el período 2015-2018, posición a la que se le llama “la joya de la corona”, porque es la plataforma más importante para presentar una candidatura presidencial a futuro.

En su desempeño como alcalde de San Salvador, aparece bien evaluado, sobresaliendo sus proyectos: un nuevo mercado y la biblioteca municipal, la restauración del centro histórico, iluminado y seguro. La rehabilitación de otros espacios públicos y la promoción de innovadores proyectos culturales.

Según una encuesta Cid Gallup, al evaluar el trabajo de Bukele al frente de esta alcaldía, el 80% lo calificó en forma positiva.
Sin embargo, hay gente que cuestiona su gestión, acusándolo que ha multiplicado por más de 10 veces la deuda de la comuna. De 21 millones a 250 millones de dólares.

En abril de 2016, con una proyección ya nacional, apareció en una encuesta como el político mejor evaluado para una candidatura presidencial, con el apoyo de simpatizantes de los principales partidos.

Pero en septiembre de 2017 es expulsado del FMLN, por dos motivos: su correligionaria y síndico municipal, Xochil Marchelli, lo acusó de agresiones físicas y verbales, en una discusión del concejo municipal. Y el segundo, es que en una gira que realizó por Estados Unidos, dijo que El Salvador hasta 2014 tuvo un presidente, “malo, pero presidente”, refiriéndose a Mauricio Funes, y que ahora no lo tiene, refiriéndose al actual presidente, Salvador Sánchez Cerén, ambos del FMLN. Esto molestó a los dirigentes de ese partido, expulsándolo.

Dos semanas después, Bukele anunció la creación de su propio partido, “Nuevas Ideas”, el que no pudo inscribir, lo que lo obligó a postularse a última hora por GANA, una facción de ARENA, organizado por Elías Antonio Saca, presidente 2004-2009, y que está en la cárcel por actos de corrupción durante su gobierno.

Su postulación con GANA fue contrario a lo declarado por Bukele en diciembre 2016, asegurando que “a mí nunca me verán en las filas de Gana o Arena… Mi corazoncito está a lado izquierdo”.

Consciente del desprestigio de GANA, Bukele no lo mencionó ni apareció con sus dirigentes en su campaña. Aunque será difícil prescindir de GANA en su gobierno, por su complicada situación en la Asamblea Legislativa, dominada por ARENA y FMLN.
Su campaña estuvo centrada en redes sociales, descartando prácticamente las demás actividades tradicionales como debates, mítines y entrevistas con medios.

En su campaña destacó la lucha contra la corrupción, popularizando el lema: “El dinero alcanza cuando nadie roba”. También anunció la creación de una CICI como la de Guatemala.

No se conoce con precisión su programa de gobierno. Esa es la gran interrogante de la gente, ¿cómo piensa encarar los desafíos que tiene el país, en homicidios, maras, deficiencias institucionales, precaria economía, y millones de pobres y desempleados?

Lo que sí está claro para Bukele, es que el fin justifica los medios: Ganó las alcaldías con la izquierda, la presidencia con la derecha y ahora se propone hacer un gobierno de centro.