Ocupémonos por fin de la restauración de este valioso tesoro histórico

Texto y fotografías Elsa de Ramírez

Hace algún tiempo estuvimos visitando la tumba de familiares que se encuentran sepultados en el Cementerio General de la capital y nos llamó la atención, cuando se acercó un joven y nos solicitó llenar una encuesta elaborada por la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) y una empresa encargada de realizar un catastro que servirá para el estudio y diseño de las obras de restauración del Cementerio General incluyendo la capilla y la reconstrucción de la posta policial -para seguridad de los visitantes-.

Asimismo, se recopiló información de los difuntos que se encuentran en ese lugar; seguidamente nos consultaron sobre el acceso al cementerio, datos personales, nombre y apellido del encuestado, sexo, lugar de nacimiento y residencia; entre otros… tipo de tumba y quien la construyó, nombre del difunto, fecha de nacimiento y defunción, así como también, el parentesco con el visitante.

En cuanto al ingreso al cementerio, qué ruta y medio de transporte utilizamos para llegar hasta ahí, con qué frecuencia visitamos el panteón y qué nos limita a hacerlo más a menudo.

Según la historia, esta necrópolis comenzó a construirse en 1875 (Siglo XIX) entre los barrios Sipile y La Chivera de la augusta y heroica Comayagüela en la administración del general José María Medina y fue terminado en 1877 e inaugurado por el presidente doctor Marco Aurelio Soto. El terreno del camposanto comprende una extensión de 35 manzanas y su construcción estuvo a cargo del arquitecto italiano Emilio Montessi.

El huracán Mitch en 1998 ocasionó severos daños en las tumbas.

El Congreso Nacional de Honduras decretó en marzo de 1995 al Cementerio General como “Patrimonio Histórico Nacional” y a partir de esa fecha dejaron de vender lotes y se ordenó su protección y cuidado debido a la calidad de su arquitectura y de los personajes de la historia de Honduras que guarda en los mausoleos.

Lamentablemente el huracán Mitch en 1998 ocasionó severos daños en las tumbas, etc.

Nos enteramos que en el 2014 algunos catedráticos y alumnos de la clase de historia de nuestra máxima casa de estudios (UNAH) promovieron la restauración del cementerio dado su inconmensurable valor histórico. Igualmente la Comisión Ciudadana del Centro Histórico del Distrito Central ha solicitado a las organizaciones correspondientes entre ellos el Instituto Hondureño de Antropología e Historia, la Academia Hondureña de Geografía e Historia, la propia UNAH a través de la Facultad de Historia y demás universidades privadas de la capital a contribuir con su rescate a perpetuidad.

En el panteón mencionado descansan los restos de varios personajes sobresalientes en las diferentes áreas del saber humano y algunos exgobernantes entre ellos Policarpo Bonilla Vásquez, Miguel R. Dávila, Alberto Membreño, Rafael López Gutiérrez, Vicente Tosta Carrasco, Vicente Mejía Colindres, Miguel Oquelí Bustillo, Tiburcio Carías Andino, Juan Manuel Gálvez, Julio Lozano Díaz, Laura Vijil de Lozano y Ramón Ernesto Cruz; también hombres ilustres como Ramón Rosa Soto, Juan Ramón Molina, Paulino Valladares, Fausto Dávila, Augusto C. Coello, Santos Soto, Visitación Padilla, Luis Andrés Zúñiga, Marcos Carías Reyes, Julián López Pineda, Vicente Cáceres, Alonso Brito, Rafael Coello Ramos, Camilo Reina, Erasmo Velásquez, Calixto Carías, Guillermo Bustillo Reina, entre otros.

También estaban independientes como cementerios pequeños los de la colonia China entre quienes se recuerdan las familias León, Quan, Waiming, Yu Shan, Yu Way, Chang y Young Torres, etc.

Visitantes asistiendo a esta necrópolis en uno de los únicos días que se puede asistir al mismo el 1 y 2 de noviembre de cada año.

También se encuentran los de la colonia alemana y los árabes, por supuesto los primeros que llegaron a este país, ya que las nuevas generaciones están en otros campos privados.

El Presidente Hernández anunció el año pasado la construcción de diecisiete mercados para solventar el problema de los vendedores ambulantes, que son precisamente los que obstruyen el libre tránsito de los dolientes que se conducen hacia el Cementerio General, porque se han tomado la 1ª. Calle, lo cual imposibilita la viabilidad de automóviles y de los propios peatones, por lo que ojalá la idea del gobernante se convierta en realidad ya que solamente así se podrá liberar a Comayagüela de este enorme problema que no solo afecta la 1ª. Calle, sino todo el complejo alrededor del mercado San Isidro y avenidas como la 5ta, la 2da., y otras que con su presencia retrasan el derecho a la modernización de una parte de la capital que también aspira a superarse arquitectónicamente, pero que necesita urgentemente de la “limpieza” de sus calles y aceras.

En resumen, “para devolverle la vida” a este “monumento nacional” que también es “patrimonio cultural”, urgentemente se necesita reubicar a quienes estorban el libre tránsito al mismo y sobre todo la seguridad y limpieza de su interior, para convertirlo en otro atractivo más de esta cuatricentenaria ciudad de las canteras.

Si la alcaldía y los demás organismos encargados de su mantenimiento no tienen la capacidad para hacerlo, debe integrarse un comité o patronato con personas debidamente calificadas, auténticamente capitalinas para que realicen esta labor que sinceramente es titánica, pero necesaria, porque Tegucigalpa también tiene derecho a lucir un esplendor urbanístico como el resto de las grandes ciudades del planeta.

Tumba del emblemático maestro de generaciones Vicente Cáceres.