Por Armando Cerrato
Para algunos destacados escritores del ámbito nacional, el exrector de una universidad privada de gran prestigio nacional e internacional y hoy metido a política vernácula, y tras su fracasado intento por alcanzar la Presidencia de la República, se ha convertido en líder del otrora glorioso y mayoritario Partido Liberal de Honduras y en el más “bobo” a juicio de quienes lo juzgan.
Se trata de Luis Zelaya Medrano, quien como principal actividad al frente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal, culmina con éxito la división que hoy marca –a juicio de los mismos que le señalan– el principio del fin de esta entidad política, que en la última elección fue relegada a un tercer lugar, por acción divisionista de otro “bobo”: José Manuel Zelaya Rosales, que habiendo sido elevado a la primera magistratura de la nación quiso perpetuarse en el poder para acogerse bajo el manto del socialismo del siglo 21, que auspiciaba muy ardurosamente el “bobo bolivariano” Hugo Chávez Frías (R.I.P.) y que mantiene al país en medio de una situación anárquico-caótica, por no aceptar aún que el 28 de junio de 2009 la sociedad nacional se deshizo de él a seis meses de finalizar su período presidencial, al que había llegado según su propia confesión, mediante un fraude electoral también auspiciado por el Partido Liberal y quería perpetuarse en el poder.
Con sus bobadas Zelaya Medrano admira al otro “bobo”, que de divo de los presentadores de la televisión nacional, saltó a la política vernácula: Salvador Nasralla, quien organizó el Partido Anticorrupción (PAC) que en su primera presentación logró colocarse en un honroso cuarto lugar y con muchas posibilidades de seguir creciendo en la palestra nacional, pero que por sus bobadas y malos tratos a sus seguidores de ambos sexos lo perdió, en una justa interna ante el embate de Marlene Alvarenga, una abogada que había sido electa diputada y se negó a las “bobadas” de su exlíder y junto a diez movimientos que le defenestraron.
Nasralla entre sus muchas “bobadas” padece de una presidentitis aguda, estimulada deliberadamente desde las redes sociales –no se sabe si por sus seguidores o por bromistas que conociendo su “babosocracia” le siguen intensificando el ego, a estas alturas ya mayor que el cerro El Picacho.
Para el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra “bobo” significa: Que tiene poca inteligencia, que es muy ingenuo o cándido=crédulo, inocente, simple.
Licenciado en Periodismo