Insectos y gusanos aportaron pistas en crimen “satánico”

Por Saraí Alvarado

Larvas, moscas e insectos aportan información valiosa sobre un hecho criminal y con ello se defiendan los casos en tribunales, una realidad en países de la región y que Honduras también podría incluirse en una larga lista de casos.

Se trata de la Entomología Forense, especialidad dentro de la Entomología Aplicada que se ocupa del estudio de insectos y artrópodos como pruebas científicas en materias legales, especialmente en casos que llegan a un tribunal de justicia.

Hace año y medio, la Dirección de Medicina Forense adscrita al Ministerio Publico (MP) estableció las bases para un convenio de cooperación institucional con la Escuela Agrícola Panamericana de El Zamorano para desarrollar los análisis de la fauna cadavérica y el estudio de la Entomología Forense en Honduras con la idea de fortalecer la investigación científica criminal.

La exdirectora de Medicina Forense, Semma Julissa Villanueva, recordó que la expectativa era crear un laboratorio de análisis periciales del medio ambiente para apoyar a los fiscales en áreas como contaminación del ambiente, estudios de aguas, análisis de alimentos, apegados a normas de gestión de calidad y promover el acompañamiento del análisis toxicológico y certificación de laboratorios.

Lo anterior se relaciona con casos delictivos, donde no solo se incluyen muertes dudosas; sino también con los daños al medio ambiente.

Recientemente, el fiscal adjunto, Daniel Sibrian, visitó la Escuela Agrícola de El Zamorano para darle seguimiento al proyecto de Villanueva, en el contexto de la negociación del convenio de cooperación al que mostró interés el Ministerio Público, a raíz del trabajo científico realizado en Medicina Forense.

El crimen perfecto no existe, pero sí la investigación imperfecta, por ello, operadores de justicia deben profesionalizarse en las diferentes fases evolutivas entorno a una muerte violenta y no solo revisar en forma minuciosa y recoger evidencias en una escena del crimen, a criterio de forenses. El proceso requiere estudiar el cadáver, donde hasta los insectos y gusanos, proveen información para descubrir a un autor material.

Un primer “caso experimento” en el país fue un supuesto sacrificio humano acontecido en la aldea Corralitos, en la periferia capitalina. El 5 de mayo de 2018, Gloria Liceth Izaguirre Torres (41) fue encontrada muerta en una casa abandonada de la aldea de Corralitos, en el sector de El Hatillo, Distrito Central.

Las larvas e insectos que se encuentran en un cadáver contienen información que al usarse en un juicio, votaría cualquier supuesto en forma científica.

Su cuerpo estaba vestido con una capa negra y su cabeza tenía una “capucha” del mismo color, ella estaba colocada en posición de rodillas frente a lo que sería un altar satánico. Al levantar su cadáver, en su pecho tenía incrustado un puñal.

En la escena del crimen, del que aún no existe un sospecho material o intelectual, se encontraron también varios objetos que se utilizan en las sesiones de invocación a Lucifer, entre estas: velas encendidas, un puro al lado del cuerpo, cartas de tarot, fósforos, agujas, madejas y notas con escritura en inglés y otra sin determinar el tipo de lenguaje.

En ese escenario se dibujó un pentagrama, una estrella de cinco puntas adentro de un círculo. En la nota escrita en inglés, traducida al español se lee: “Por el poder que los espíritus de las tinieblas me otorgan y por todo lo que me han dado, vengan a dar a los demás como ofrenda de mi vida y también por toda la maldición”.

Sobre la otra nota a penas se mencionó en la investigación policial y fiscal que se trataría de un relato de invocación para hacer efectivo el sacrificio humano.

Este fue el primer caso con fuerte evidencia de satanismo criminal que se ha registrado en el país y también es, estudio conocido como Entomología Forense.

La disciplina es practicada en todos los países desarrollados y con especial atención en los que proyectan cifras alarmantes de homicidios, siendo uno de los pioneros Colombia, México y menos violentos como Costa Rica, Guatemala y de Europa.

En 2017 la exdirectora de Medicina Forense, Julissa Villanueva, promovió la creación de un laboratorio especial con la Escuela Agrícola El Zamorano y apoyar investigaciones fiscales y hasta de muertes dudosas.