Guerra mediática

Por Mario E. Fumero

La crisis de Venezuela ha desencadenado una guerra psicológica y mediática entre los que están a favor de Nicolás Maduro y los que están en contra a su régimen chavista, y ello ha desencadenado información y desinformación entre uno y otros, desarrollándose una campaña mediática de guerra psicológica informática, y la pregunta es: ¿Quién tiene la verdad?

Esto ha polarizado más la situación latinoamericana, y ha llevado a algunos países a plantearse cómo resolver el problema de la crisis humanitaria y política que vive la República Bolivariana de Venezuela. Por un lado, hay información mediática de los que están a favor del régimen de Nicolás Maduro, y presentan argumentos para hacer ver que la oposición tiene la culpa de algunas acciones incorrectas, como por ejemplo, el incendiar uno de los camiones que llevaba ayuda, y negar de que no haya habido masacres, afirmándose que en Venezuela no existe una crisis humanitaria, y para ello, Maduro se vale de muchos medios de comunicación afines al régimen chavista, y trata de hacer ver que la tal ayuda humanitaria es un medio para introducir armas o instrumentos que faciliten a la oposición la lucha y derrocamiento del régimen dominante. Mientras en otras escenas, se ve un camión entrando por la frontera de Brasil y la Guardia Nacional Bolivariana asesina al chofer.

Por otro lado, los que combaten la dictadura de Maduro, afirman que este ha llevado al pueblo de Venezuela a una escasez crítica de comida y medicina, y que muchos países, voluntariamente, han donado recursos para paliar la crisis existente, la cual es originada por varios factores, como por ejemplo, el bloqueo de los recursos económicos al gobierno de Maduro y el fracaso de la política socialista respecto a la economía, junto a la reducción de ingresos por la caída de los precios del petróleo, uno de los mayores recursos existentes para la sostenibilidad del gobierno.

No importa quién tenga la razón. Hay una verdad que nadie puede negar, y es que Venezuela, siendo uno de los países más ricos en recursos naturales, actualmente tiene la economía más caótica del mundo, con una hiperinflación que en noviembre alcanzó niveles récord con un alza interanual de los precios de los alimentos en un 1,299,724%, y como consecuencia, un aumento de la hambruna por la pérdida de la gente en su poder adquisitivo. Se hace evidente que en el gobierno de Maduro no hay libertad de prensa, y todos los que se oponen al régimen se les etiqueta con el fantasma de ser proimperialistas, para encarcelarlos y silenciarlos.

Esto mismo ocurrió durante la guerra fría (1970-1985) pero al revés, todo aquel que tuviera una idea progresista era acusado de comunista, y era perseguido, encarcelado o eliminado por sus ideas contrarias al gobierno. Esta guerra de información y desinformación, de uno y de otro lado, no es nada más que el arma de una política de guerra psicológica, en donde para poder tener un juicio claro de la realidad venezolana, necesitamos analizar ambos lados y verificar los hechos, para así poder saber qué se esconde en el fondo de este conflicto.

No cabe duda que Venezuela es un país atractivo para los grandes imperios, tanto norteamericanos como rusos y chinos, porque posee muchos recursos naturales muy valiosos, entre ellos el oro, uranio y petróleo, pero hay una realidad palpable, ningún gobierno que trate de retener el poder por la fuerza, no dé libertad de expresión, y no respete una oposición, sea de izquierda o de derecha, tiende a convertirse en una dictadura, porque lo que evita la dictadura es la libre expresión de ideas en el pueblo a través de las urnas, y dentro de una diversidad de ideologías, que ejecuten una política económica coherente con la realidad del siglo XXI

¿Cómo terminará la guerra psicológica de la información mediática? La lógica establece que ganará el que más recursos económicos, militares y de influencia tenga, pero lo que sí no me cabe la menor duda, es que la última palabra la tiene el pueblo, y cuando un pueblo se frustra, por más represivo que sea un gobierno, tarde o temprano se impondrá, y llegará la hora en que prevalecerá la justicia, y saldrá todo a la luz, porque nada hay oculto que no se haga manifiesto.

[email protected]
www.contralaapostasia.com