TAZA DE CAFÉ

LOS caficultores no saben si entristecerse más o alentarse. La caída de los precios del aromático en el mercado internacional ha sido una fatalidad para cientos de familias que viven de la actividad cafetalera como para la salud de las divisas. El precio ha oscilado por debajo de los 100 dólares y 106 dólares el quintal. En años anteriores la reducción del valor obtenido, consecuencia de la baja de los precios, ha sido compensado exportando mayores cantidades. Pero los productores ya no pueden con el dulce. Se quejan que unas 500 mil manzanas de café corren el riesgo de perderse por falta de mantenimiento a causa de la crisis financiera. A los precios actuales que les pagan por el grano –la mayor parte de los productores tienen que someterse a la negociación que hacen con las transnacionales exportadoras– no les ajusta para pagar a los cortadores del grano, menos que les alcance para el mantenimiento de las fincas.

Sin embargo, funcionarios del Ihcafé en las últimas horas informaron que han recibido noticia de organismos internacionales que monitorean el rubro, pronosticando una disminución de la oferta disponible para este año, debido a que exportadores importantes como Brasil y Colombia, podrían estar reduciendo las cantidades que mandan al exterior. Si se reduce la producción mundial del café, sin duda que los precios de compra suben, dependiendo del volumen de merma en la disponibilidad. Allá en el Ihcafé confían en los informes estadísticos más halagadores. Ello significaría “un leve incremento en el precio del café al cierre de esta cosecha que termina el 30 de septiembre”. Los caficultores estarían cortando los últimos granos en el mes de marzo de este año. La meta para la cosecha actual es exportar 10 millones de quintales de grano y generar 1,300 millones de dólares en divisas. El sector cafetalero aporta la mayor cantidad de divisas a la economía nacional, solo superadas por las remesas familiares. Del vaivén de los precios en el mercado dependen productores, trabajadores del campo, cortadores, intermediarios, exportadores, torrefactores y el sistema financiero. Los precios de compra han disminuido paulatinamente en los últimos cuatro años. Ha sido la mudanza de muchas fincas al café de calidad, con una agresiva y creativa forma de comercialización, la que atrae mejores precios y les brinda mayor rentabilidad. Honduras ha participado en ferias internacionales del café. Aquí se han realizado subastas internacionales de café de calidad.

Catadores de todo el mundo han venido a degustar el buen café hondureño. Sin embargo, en lo que respecta a la mayor parte del café que se cultiva y se envía en sacos a los mercados de exportación, mientras no se confirme que habrá alguna mejoría en los ingresos obtenidos por esta dizque reducción de la oferta mundial, quienes dependen del rubro andan de correr. Un nutrido grupo de la Asociación Independiente de Productores de Café de Honduras, en un corte de carretera en las inmediaciones de Siguatepeque, exigió la derogación de 13.25 de dólares de retención por cada carga de café. Los caficultores llegaron procedentes de El Paraíso, Santa Bárbara, Yoro, Olancho, Comayagua, Ocotepeque y La Paz. Portaban pancartas en la manifestación detallando sus quejas: “El sector café está en crisis, nadie nos defiende”, “No podemos pagar deudas”, “La liberación de los productores pasa por la derogación de los 13.25 dólares”, “Condonación de deudas, no podemos más”. Este artículo lo redactamos mientras saboreábamos una taza del delicioso café hondureño.