Acostúmbrese al rechazo y sus finanzas mejorarán

Por: Ing. Francisco Morales h.
Parece paradójico e inclusive contradictorio el título de este artículo cuando se nos ha hecho creer que en la aceptación de los demás radica el éxito personal, familiar, profesional y el financiero, y por tanto debemos luchar dando lo mejor de sí por obtener dicha aceptación.
Es gracias a: la aceptación de la familia, de los amigos, de los círculos profesionales y de los diferentes tipos de asociaciones, desde gremiales, políticas, sociales, deportivas y hasta religiosas que uno triunfa en la vida. Es esencialmente importante y motivante la aceptación del compañero o compañera de vida y la aceptación de los hijos.
Nos han hecho creer que aceptación es sinónimo de aprobación, nos han hecho creer que nuestro éxito depende entonces de los demás, quienes en recíproca contribución, pavimentarán el camino de la vida ayudándonos a recorrerlo sin obstáculos ni tropiezos. Esta creencia es una realidad para algunos pero para otros, su realidad es muy diferente, en vez de ser aceptados son más bien, rechazados por uno o varios de los grupos mencionados anteriormente.
Como no se nos enseña a lidiar con el rechazo sino que se nos enseña a buscar hasta desesperadamente la aprobación y aceptación de los demás; cuando el rechazo se hace presente, se buscan soluciones y se llega a tomar decisiones que afectan la vida personal, profesional y financiera de la persona rechazada.
De ahí que se vuelve sumamente importante aprender a aceptar el rechazo de los demás, procesarlo y seguir adelante, aprendiendo la lección escondida en cada rechazo. Si desarrollamos la capacidad de hacerlo, podemos entonces, concentrarnos y esforzarnos en lo que realmente nos interesa, nos apasiona y así estar listos a escuchar y atender el llamado que cada uno tiene a convertirse en su mejor versión y con ello generar mejores e incrementales ingresos financieros.
Recapitulando, en el párrafo anterior se habla del rechazo de los demás, que bajo ningún punto debe transformarse en el rechazo hacia uno mismo.
Las grandes recompensas están escondidas en nuestras situaciones difíciles, pero cuando no somos conscientes de ello, para enfrentar el rechazo se recurre a evasores de la realidad, a sustitutos que aparentemente mejoran la situación pero que en realidad la hacen más difícil de sobrellevar, por ejemplo: drogas, alcohol y juegos de azar que no solo son perjudiciales física y psicológicamente sino que son capaces de drenar hasta verdaderas fortunas, no digamos el sueldo mensual.
Algunos, a los que se les hace insoportable su realidad y el rechazo del que son objeto, optan por el último escape y terminan acabando con su vida, situación que se está tornando alarmante en la actualidad.
Si nos acostumbrásemos al rechazo y lo viéramos como parte del proceso de vida, estimo que se reduciría el número de suicidios, disminuiría el consumo de drogas y alcohol y los casos de depresión, tristeza y ansiedad serían igualmente menores.
Y ¿qué pasaría si en vez de buscar la aceptación de los demás, intentando cambiar a las personas y a las situaciones que lo rodean simplemente acepta su realidad tal y como es y se acepta usted tal y como es, sin reclamos de ningún tipo?
La respuesta es que se abre la puerta del cambio, el cambio positivo en la vida. Uno se da cuenta que hay situaciones que nos afectan y en algunos casos profundamente, pero que no podemos controlar y lo único que podemos controlar es cómo reaccionamos a ellas, comienza uno a centrarse en lo que puede hacer y deja de preocuparse por las acciones de los demás.
Si usted por ejemplo es un buen empleado, honesto y trabajador y es despedido, ese despido puede ser visto no como rechazo personal y profesional, sino como una puerta a mejores oportunidades y mayor satisfacción laboral y en lugar de deprimirse comenzar a buscarse un mejor futuro. Lo mismo puede decirse de un divorcio, en donde todos los rechazos mencionados pueden hacerse presentes desde el círculo de amigos hasta el de la comunidad religiosa a la que asiste incluyendo y como la cereza del pastel, el rechazo de la familia; sin embargo, por muy penoso que sea, visto desde otra óptica, puede ser el inicio del resto de su vida y el proceso de transformación de tristeza en alegría.
Cuando cambia su percepción de la realidad, la calidad de su vida y la de su bolsillo se ven afectadas de forma positiva.
¡El rechazo es una bendición disfrazada!