Un auditor interno adjunto

Uno de los factores básicos en que se basa una sana administración, es tener un control interno eficiente, eficaz y económico, que son los principios generales para el buen desempeño, así como también que sea ejercido por personal idóneo, que pueda llevar a cabo y supervisar la ejecución del mismo, porque ni el mejor sistema funciona, si no está siendo ejecutado por personal capaz.
De acuerdo con mi experiencia, he observado que la falta de este factor da lugar a que muchas empresas o instituciones no cumplan con los procesos, así como con las metas establecidas en un plan operativo, o en un plan estratégico.
El propósito de este artículo, es que las empresas o instituciones públicas, mediten o analicen la posibilidad de incluir en la unidad de auditoría interna, un miembro técnico, pues no solo la parte administrativa es parte del funcionamiento de la institución y la gran mayoría o casi el total de las mismas, no poseen una parte técnica.
En vista de lo anterior, podemos asumir que empresas como la ENEE, Hondutel, ENP o instituciones como INJUPEMP, INPREMA, INSEP, IHSS, Finanzas, IHMA, Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia, SANAA y las municipalidades, todas tienen un sector o área eminentemente técnica, que, por lo general, no es supervisada por una persona que tenga las características profesionales adecuadas para poder evaluar la eficiencia, eficacia o economía de esa empresas o institución.
Actualmente, se tienen resultados eminentemente administrativos, financieros y contables, pero se carece de informes técnicos, en donde se puedan apreciar análisis relacionados con pérdidas técnicas, funcionamiento de represas, células fotovoltaicas, paneles solares, corriente o fuerza hidráulica, manejo de contenedores, anclaje de buques, déficit actuarial, análisis de mezclas, resistencia de materiales, viabilidad, funcionamiento de carreteras, el PSI (Pound Square Inch: libras por pulgada cuadrada), los servicios médicos, laboratorios, inventarios de medicamentos, análisis técnicos de las finanzas públicas, la inversión pública, el gasto público, almacenes de evidencias, el peritaje, la cadena de custodia, el almacenaje de granos básicos, su tratamiento en bodega, los juicios orales, el debido proceso, los tubos hg, potencia hidráulica, capacidad de un pozo de agua, el medio ambiente y otros conceptos afines.
Es así como mi propuesta es, que el Departamento de Auditoría Interna, debería estar formado por un auditor interno administrativo, financiero y contable y un auditor interno técnico, que sería el adjunto, lo cual daría un mejor desempeño del Departamento de Auditoría Interna, ya que tendría incluido el factor técnico de la empresa o institución, el cual sería de profesión ingeniero eléctrico o civil, un médico especializado, un ingeniero agrónomo o ambientalista, un abogado, un arquitecto, un médico forense, etc. de acuerdo al giro de la misma.
Guillermo Mineros
Tegucigalpa, M.D.C.