Las exoneraciones fiscales que otorga Honduras a distintos sectores económicos, se están fugando a otros países en forma de inversiones, lo que constituye una salida de capitales, revela la administración tributaria.
La directora del Servicio de Administración de Rentas (SAR), Miriam Guzmán alertó recientemente, que estas utilidades se están anidando en países como Panamá, Perú y Colombia, en lugar de apoyar el desarrollo hondureño.
“Si estos empresarios, en cuyos bolsillos se están quedando 37 mil millones de lempiras por exoneraciones fiscales que estamos otorgando, invirtieran en el país, la historia sería diferente”.
“Dejemos de estar invirtiendo en países como Colombia, Perú, Panamá y empecemos a invertir en Honduras”. La directora del SAR demandó que “esos 37 mil millones de lempiras sean retornados a nuestro país, en lugar de estar fugando esos capitales y apostar al crecimiento económico de países que no es Honduras”.
El año pasado la Secretaría de Finanzas registró a 2,890 beneficiarios de privilegios fiscales en un informe denominado “Gasto Tributario” que dejan de enterar al año cerca de 37 mil millones de lempiras, más de 1,503.00 millones de dólares.
Entre las ramas por actividad que no pagan Impuesto Sobre Ventas e Impuesto Sobre la Renta, aparecen sector energía, industria manufacturera y comercio. El informe resume que, a nivel centroamericano, Honduras es el país que más incentivos ofrece al representar una suma del 7 por ciento del PIB anual.
LOS DEJAN TRABAJAR Y HAY SEGURIDAD JURÍDICA
El 2017 se agregó el sector turismo a los rubros que gozan de exenciones tributarias. Para el vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT), Daniel Fortín este es un tema que se ha mal entendido.
“No se ha dado desarrollo en ningún país sin exoneraciones”, puesto que con el turismo “competimos con Costa Rica y República Dominicana. Es importante que nosotros podamos manejar las exoneraciones. Eso que dicen que hay muchas exoneraciones, hasta cierto punto no es cierto”.
Recordó que entre el 2013 y 2014 las Ong y empresas que gozaban de incentivos ilimitados tuvieron que renovar sus privilegios fiscales y las que se quedaron con los beneficios se hizo para respetar la seguridad jurídica.
Entonces, “yo no le veo mayor cosa, simplemente es evaluar a quién le doy exoneraciones y por qué, qué me van a dar cambio”. En relación al monto de 37 mil millones de lempiras, Fortín consideró que “es relativo ya que hay que calcular cuántas empresas generó, cuántos empleos generó” y comparar que sería de Honduras sin los incentivos fiscales. “No lo podemos ver de un lado”.
En relación a la salida de capitales que alerta el SAR, el vicepresidente de la CCIT dijo que “realmente donde invierto mi dinero o un empresario es un criterio mío. Si en otro país me dan mayores ventajas, porqué no voy a ir a ese país”, se preguntó el dirigente empresarial.
“Conozco casos de gente que ha venido del extranjero a querer invertir en Honduras, pero le cambian las reglas del juego y se han ido a otro lado donde no le cambian las reglas del juego”. “Tengo casos concretos donde hay miles de miles de millones de dólares que habrían pagado en tributos”.
En vista del clima de inseguridad ciudadana y jurídica que padece el país. “Tengo empresas que han querido invertir en Honduras y no las han dejado y en Nicaragua, con la política que están viviendo ahorita, allá están trabajando felices de la vida. Los dejan trabajar y les dan seguridad jurídica”, aseveró la fuente. (JB)
Exenciones son parte de acuerdo con FMI |
Aparentemente, la reducción o eliminación de algunos beneficios fiscales son parte de las negociaciones entre el gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) de cara a la suscripción de un acuerdo stand by que apoye el rescate del sector eléctrico. Así lo planteó la semana anterior el coordinador del Gabinete Económico, Marlon Tábora al finalizar una serie de encuentros con funcionarios del organismo en Washington. “Hay dos elementos fundamentales que nos pueden ayudar en este proceso: primero, la revisión de las exoneraciones fiscales; y segundo, la eliminación del personal supernumerario”. En este contexto, descartó que en estas conversaciones se hable de aplicar más impuestos, tal como sucedió entre el 2013 y el 2014 cuando se accedió al último programa económico que duró tres años y permitió corregir un déficit fiscal del 7.9 por ciento que cerró ese año. |