Intemperie en el IHSS

Por: Armando Cerrato

Los pacientes renales agudos y crónicos y los familiares que los acompañan a sus sesiones de hemodiálisis durante cuatro horas dos o tres veces a la semana para poder sobrevivir, siguen a la intemperie durante cuatro horas los pacientes y hasta ocho horas o más los acompañantes.

La mayoría de los pacientes están en silla de ruedas por haber sido amputados y además son invidentes a causa de la diabetes y otras enfermedades renales.

El diccionario define intemperie como la exposición al aire libre sin techo ni protección y en el caso de los pacientes renales del IHSS hasta sin asientos apropiados, bajo un toldo que solo tiene techo que ni ajusta a cubrir a todos y la exposición al aire libre ha llevado a muchos a estados neumónicos y a ser internados por varias semanas en el hospital de especialidades.

Ante esta situación Daniel Mairena Aguilar quien fue electo en una asamblea, presidente de la Asociación de Pacientes Renales y recibió el mandato de luchar por un mejor trato de calidad y calidez, lo cual supone mejores insumos, personal médico, nutricional, psicológico, de enfermería profesional y auxiliar en cantidad suficiente y un buen trato para pacientes y familiares, además de otras facilidades que garanticen que la busca de vida semanal sea eficaz y eficiente.

En esa búsqueda Mairena Aguilar fue víctima de una brutal agresión por un guardia de seguridad que tolete y pistola en mano le impidió un día antes de Semana Santa que abriera la puerta de la sala de hemodiálisis para que entraran 15 pacientes a que ocuparan 15 de las máquinas que estaban libres y que hubiese permitido la salida de 15 personas antes de las diez de la noche.

Mairena Aguilar fue toleteado al frente de cerca de 40 pacientes que no lograron intervenir por miedo a que el energúmeno vigilante hiciese uso de su pistola.

Cabe resaltar que la mayoría de pacientes y familiares son mujeres e inválidos invidentes, aparte de cuidar extremamente el brazo donde se las ha hecho quirúrgicamente una fistula (unión de una arteria y una vena) donde se insertan dos agujas especiales y luego dos mangueras que extraen e insertan sangre tras haber sido purificada por un riñón artificial computarizado.

Mairena Aguilar se encuentra interno con una rodilla con derrame sinovial y posiblemente un tendón roto a consecuencia de la paliza recibida y requiere de una intervención quirúrgica especializada que él no quiere que se le haga en el IHSS por temor a que hayan órdenes superiores de eliminarlo por aquello de que “muerto el perro se acaba la rabia” y por su lucha intransigente en bienestar de los pacientes agudos y crónicos no solo renales sino también de otras enfermedades terminales.

En el IHSS en la actualidad no hay agujas pediátricas para ciertos pacientes renales infantiles y adultos, no hay medicamentos para los que padecen de Parkinson, no hay ciertos medicamentos para pacientes de lupus, oncológicos y hasta genéricos para enfermedades más leves.

También hay quejas en los servicios de emergencia donde ven con mucha indiferencia muchos de los casos que llegan y que requieren de atención especializada inmediata, por lo que se producen muchas defunciones inexplicables para los parientes que suelen denunciar los casos en los medios de comunicación, denuncias como las anteriores, que son como echar sal al mar.

Licenciado en Periodismo