Reclaman tolerancia cero para curas abusadores en Argentina

Organizaciones que denuncian abusos sexuales cometidos por sacerdotes reclamaron el jueves que el papa Francisco haga efectiva en Argentina la tolerancia cero contra esos delitos al considerar que todavía está pendiente en su país.

La organización argentina Iglesia Sin Abusos y las internacionales Ending Clergy Abuse (Fin al abuso del clero) y BishopAccountability.org (Rendición de Cuentas para los Obispos) consideraron que Jorge Bergoglio debe presentarse en Argentina, que no ha visitado desde que fue proclamado papa en 2013, para garantizar que la Iglesia Católica aplique medidas contra esos delitos y no proteja a quienes los cometen.

“Si el papa no puede terminar con los abusos y el encubrimiento en Argentina no será capaz de hacerlo en ningún otro lugar. Aquí es donde tiene más poder, influencia, es simbólicamente el país más importante en la lucha contra el abuso en el mundo”, dijo a The Associated Press Peter Isely, miembro fundador de Ending Clergy Abuse (ECA).

Isely se encontraba en las inmediaciones del Hogar Sacerdotal Monseñor Mariano Espinosa de esta capital junto a los representantes de esas y otras organizaciones y varios argentinos que alegan haber sido víctimas de atropellos sexuales en manos de sacerdotes.

Los congregados desplegaron ante los medios de prensa varios carteles exigiendo al pontífice “tolerancia cero” en el marco de una campaña que han iniciado en favor de que cese la protección de la que, a su entender, gozan los abusadores en el país.

La campaña se desarrolla dos meses después de la histórica cumbre realizada en el Vaticano — en la que Francisco promulgó nuevas normas para contrastar este mal que aqueja a la Iglesia en numerosos países– y de forma simultánea con una reunión de obispos argentinos con el papa en Roma.

Anne Barrett Doyle, codirectora de Bishopaccountability.org, dijo a su vez a la AP que mientras en otros países se han detectado miles de casos de abusos, en Argentina casi no se observan “investigaciones penales ni litigación” al respecto.

En Argentina no existe un registro oficial de denuncias judiciales sobre abusos cometidas por integrantes del clero.

Hasta 2017 la AP compiló una lista de 66 sacerdotes, monjas y otros religiosos que, desde 2001, han sido acusados de abusar presuntamente de docenas de personas, la mayoría niños. La cifra se obtuvo a partir de testimonios de las víctimas, documentos judiciales y eclesiásticos y reportes de medios locales corroborados con la base de datos de BishopAccountability.org. En varios casos no hubo investigaciones canónicas ni judiciales.

Julieta Añazco, fundadora de Iglesia Sin Abusos, reclamó por su parte la derogación de un concordato de 1966 entre el Estado argentino y la Santa Sede por el cual las autoridades eclesiásticas “mantienen en secreto sus investigaciones” internas sobre abusos y no permiten el acceso de las víctimas a sus propias denuncias. Sin la vigencia de ese concordato, dijo, los obispos “tendrían la obligación de brindar información sobre estos delitos”.

“Pedimos a las autoridades eclesiales que entreguen a las monjas y sacerdotes que han sido denunciados por abuso sexual”, afirmó la mujer, quien años atrás denunció haber sido abusada por el sacerdote Héctor Ricardo Giménez cuando era una niña en campamentos de verano. Según afirmó, la Iglesia protegió al religioso trasladándolo a diversos destinos dentro del país.

Giménez, quien ha sido acusado de otros abusos a menores, vive retirado en un hogar para ancianos en la ciudad de La Plata tras haber sido hallado culpable por un tribunal eclesiástico, pero conserva su estado clerical. Las causas judiciales en su contra no avanzaron.

Durante el encuentro con la prensa, Bishopaccountability.org nombró a los arzobispos de varias localidades argentinas que deberían ser investigados por supuesto encubrimiento de curas abusadores como los de La Plata, Catamarca, Salta y Paraná, entre otros.

AP intentó comunicarse con el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, Óscar Ojea, quien no estaba disponible porque se dispone a viajar al Vaticano. Sin embargo, en varios documentos que Ojea emitió al regreso de la cumbre sobre abusos que se celebró en febrero en Roma, sostuvo que “la reunión para la protección de menores logró sensibilizar colocando como primera prioridad estar del lado de las víctimas” y “destacando el desechar toda forma de encubrimiento”.

También dijo que es necesario desarrollar la formación de “comisiones interdisciplinarias de laicos y laicas, integradas por profesionales psiquiatras, psicólogos, abogados, trabajadores sociales que posibiliten el escuchar y acompañar a las víctimas, lo que de alguna manera contribuiría al trabajo de los obispos”.

En Argentina el reclamo de las víctimas de abusos sexuales en manos de religiosos ha ido en aumento y en los últimos tiempos la justicia ha dictado condenas de cárcel ejemplares a varios sacerdotes, pero los denunciantes se quejan de que muchos de éstos nos son despojados de su estado clerical y siguen en contacto con potenciales víctimas. (AP)