Por Armando Cerrato
La sabiduría popular indica que “errar es de humanos y rectificar es de sabios”, quizás por ello Ricardo Álvarez, designado presidencial y Roberto Herrera Cáceres, defensor de los Derechos Humanos convencieron al Presidente de la República, Juan Orlando Hernández Alvarado para que derogase los PCM que eran objeto de demandas de dos importantes gremios: Magisterio y médicos, que dejaron de prestar atención a escolares y enfermos para marchar por las calles de todo el país en una lucha gremial que favorece a todo el pueblo hondureño, maleducado y enfermo.
El movimiento pasó por momentos de muy pacífico a extremadamente violento al haber sido infiltrado por sectores radicales que encapuchados provocaban a pedrada limpia y cocteles molotov a la Policía, a la vez que protagonizaban actos vandálicos, saqueando comercios e incendiando vehículos oficiales y particulares en los diversos retenes que establecieron en las diferentes carreteras en los cuatro puntos cardinales del país.
Fue en la noche del domingo que el Consejo de Ministros citado de emergencia por el Presidente de la República terminó con su empecinamiento en mantener vigentes los PCM que afectaban por su contenido los intereses gremiales y populares a juicio de los directivos magisteriales y médicos que conformaron una plataforma de lucha que a medida que pasaba el tiempo incrementaba su membresía, al incorporarse en su apoyo diversos sectores organizados de la sociedad civil con otro tipo de interés de fuerte ingrediente político opositor.
Se dio el caso extremo de que un grupo de infiltrados logró pasar los muros de contención del edificio de la Embajada de los Estados Unidos de América, colocar llantas de hule, rosiarlas con combustible y prenderles fuego, causando daño en el vestíbulo de recibimiento de visitas, quizás por la filtración de combustible, dado que la puerta de ingreso es blindada y a prueba de fuego.
Curiosamente el día del atentado a la sede diplomática no existía en sus alrededores la acostumbrada vigilancia policial y extrañamente tampoco actuó la seguridad interna prestada por marines altamente entrenados para protección de su sede en caso de conflicto interno de los países donde sirven.
Uno de los presuntos responsables del atentado se encuentra en el poder de las autoridades nacionales y curiosamente se le identifica como militante del partido opositor Libertad y Refundación (LIBRE), que oficialmente se ha abstenido de participar en apoyo a los gremios en rebeldía, aunque si ha tenido otras manifestaciones violentas en el hemiciclo del Congreso Nacional donde su bancada se ha declarado en rebeldía legislativa y ha protagonizado escandalosas actividades y agresiones físicas contra bancadas de otros partidos, llegando incluso a darse de golpes, sin respetar a las damas que hicieron intentos por separar a los pleitistas.
La derogatoria de los PCM fue publicada en La Gaceta oficial del gobierno para convertirla en ley pocas horas después de ser aprobada, sometiendo a trabajo extra al personal y equipo de la Empresa Nacional de Artes Gráficas (ENAG).
Sin embargo, acciones programadas para efectuarse el lunes y martes por la plataforma no fueron suspendidas y por el contrario se llamó a efectuarlas mientras sus directivos hacían un análisis de las publicaciones en La Gaceta para determinar si sus exigencias habían sido recogidas en los decretos tomados por el Presidente de la República en el Consejo de Ministros.
La resolución del gobierno crea dos mesas de diálogo para buscarle solución al problema magisterial y médico, garantizando la no privatización de ninguna de estas dos actividades y también la gratuidad de las mismas y ampliando la participación en las negociaciones a todos aquellos sectores interesados en hacer aportes para la perfección del consenso que se busca.
De esta forma el gobierno no solo rectifica, si no, que arrebata banderas a un movimiento que de seguir creciendo tomaba un giro peligroso para la estabilidad de la gobernanza, gobernabilidad y hasta para la insipiente democracia en que desde 1982 se ha venido desarrollando la vida política de esta Honduras irredenta.
Licenciado en Periodismo