Por Ángela Marieta Sosa
Especialista en derechos humanos
Solo para fines ilustrativos, los problemas políticos y filosóficos de la izquierda hondureña según Irma Becerra en la publicación del 31 de agosto del año 2018, han sufrido duros embates al enfrentarse por décadas a la política e ideología neoliberales… no obstante existen algunos problemas graves de conceptualización de lo político y lo filosófico que prevalecen hasta nuestros días como ser: Una visión cortoplacista de soluciones y vías rápidas tácticas de los problemas sociales y políticos, una visión instrumental y sectaria del poder, la creencia de que se pueden resolver los problemas sin estudiar, haciendo solo análisis coyunturales, sin crear doctrina teórica filosófica de orientación de la práctica en sus fines y objetivos sobre todo a largo plazo o visión estratégica de los problemas; https://criterio.hn/2018/08/31/problemas-politicos-y-filosoficos-de-la-izquierda-hondurena/
Así mismo, y dada la coyuntura, es pertinente refrescar que Karl Marx plantea en el 18 brumario de Luis Bonaparte (es una obra escrita por Karl Marx entre diciembre de 1851 y marzo de 1852, publicada en la revista Die Revolution, fundada por su amigo Joseph Weydemeyer y publicada en Nueva York.) que los agentes del estado no solo coordinan la vida política en interés de la clase dominante de la sociedad civil. El ejecutivo en determinadas circunstancias, tiene la capacidad de tomar la iniciativa política. También, Marx señalaba que el aparato del estado es simultáneamente un cuerpo parásito en la sociedad civil y una fuente autónoma de acción política. Marx lo describe como un inmenso conjunto de instituciones con capacidad para modelar a la sociedad civil e incluso para restringir la capacidad de la burguesía. Además, le concedía cierta autonomía frente a la sociedad: los resultados políticos son el resultado de la trabazón entre coaliciones complejas y disposiciones constitucionales.
Haciendo una relación entre ambas ilustraciones sobre dos actores importantes en la actualidad en nuestro país, como ser el Estado y la izquierda hondureña, las preguntas que dejo para la reflexión son: ¿Si la izquierda se ha enfrentado por décadas, como dice Becerra, y no han logrado su objetivo de tomar el poder, significa que la repetición de sus métodos violentos no han sido efectivos en nuestra sociedad hondureña, y si es así, por qué los siguen practicando?, ¿será que existe un interés irracional y desmedido por alcanzar el poder de la nación, en el cual no importa que los y las jóvenes expongan sus vidas y su libertad? ¿Sí la izquierda sabe que sus métodos violentos solo dejan costos de vidas humanas y serias consecuencias de pérdidas económicas para la población y la empresa privada, están apostando al odio y la muerte como fundamento de sus acciones?, ¿por qué el sector de la población que apoya el conflicto social encuentra asidero emocional en este grupo político, será que existe un resentimiento social que no ha sido atendido desde una estrategia de gobierno?
Haciendo una exploración en los medios más accesibles a la ciudadanía en general, es evidente que no existen críticas objetivas al planteamiento y acciones violentas de la pseudoizquierda en nuestro país, realmente no se les ayudó a comprender que existe la democracia y a incorporarse de manera pacífica, puesto que viven en el pasado, se casaron con la dialéctica materialista de Marx, con el comunismo de Engels, se apasionaron con Troski y hasta simulan con sus aspectos físicos parecerse a ellos y con todo lo que parió la Alemania de hace siglos…, y en fin, parece que no pudieron leer, como estas ideologías solo acumulaban capital político para que fuese divido y confrontado en un contexto en aquella época.
Aunque la dialéctica es un proceso natural del individuo y la sociedad, estos pseudo izquierdistas, aún no “les cae el 20” como decimos aquí, de que viven en Honduras y que los contextos y los actores cambian, y que más allá de sus teorías históricas memorizadas y recitadas con una pasión sustentada en el odio y el resentimiento social, existe una Honduras que añora paz, que procura resolver sus problemas día a día, con serenidad y no con la soberbia y el sectarismo que se enarbola actualmente.
Con el permiso de Marx, Engels, Troski y demás difuntos de la historia alemana, reproducidos en las mentes que buscan rumbos en América, acá en Honduras nuestra dialéctica política es distinta porque le apostamos a evolucionar en democracia, paz y en estado de derecho que avanza en el respeto y garantía de los derechos humanos.