“Maras” y pandillas expanden células en 30 municipios

ZV
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17 de junio de 2019
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05:50 am
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Fusina reporta 3,957 saturaciones policiales a nivel nacional y eso ha provocado que los integrantes de “maras” y pandillas migren a sectores aledaños.

La Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) despliega fuertes medidas estratégicas para desarticular la pretensión expansiva de “maras” y pandillas que buscan ganar territorio y tener “control” de al menos 30 municipios de alta incidencia criminal y aledaños a las cárceles de máxima seguridad.

Según informes de la Fuerza Nacional de Antimaras y Pandillas (FNAMP), algunos de los municipios más afectados por las disputas territoriales entre las agrupaciones criminales se localizan en los departamentos de Santa Bárbara, El Paraíso, Choluteca, Atlantida (La Ceiba) y Comayagua, debido a que son corredores “claves” para el crecimiento de las “clicas” o células.

El incremento del narcomenudeo, la extorsión y el sicariato en aldeas que históricamente fueron comunidades pacíficas, responde a una estrategia de expansión y reclutamiento local que las “maras” y pandillas buscan implementar para moverse en sitios “rentables”, apunta la información policial.

Los elementos de las Fuerzas Antimaras y Pandillas han tenido que trasladarse a alejadas de la alta operatividad de las agrupaciones.

ASOCIACIONES ILÍCITAS

El vocero de Fusina, José Coello, explicó que tras la captura de líderes de esas asociaciones ilícitas en Tegucigalpa, el valle de Amarateca y en San Pedro Sula (Cortés), algunos delincuentes también migraron a departamentos como Valle, Intibucá, La Paz, y Olancho, donde incitan a jóvenes a participar en la venta y distribución de drogas, homicidios y extorsión.

“Estamos reforzando operaciones en esos sitios donde se ha aumentado la actividad criminal, en el marco de la ´Operación Confianza ll´, siendo bastante sinérgicos en el tema de la documentación, porque hay bastantes delincuentes que usan documentos falsos y huyen a las zonas rurales para evitar caer en los registros”.

Coello señaló que a la fecha reportan la desarticulación de 37 bandas criminales y el decomiso de 14,576 armas de fuego tanto en las zonas urbanas como en caseríos remotos, donde las agrupaciones criminales buscan refugio para escapar de las autoridades y tratan de replicar “células” de operatividad.

En ese contexto, destacan la “migración” del narcomenudeo también a pueblos cercanos a las fronteras con El Salvador y Guatemala, donde ya han atrapado cabecillas de la pandilla 18 y de la Mara Salvatrucha (MS-13), fugitivos de los países vecinos que llegan a sembrar el terror entre las comunidades.

En la mayoría de detenciones las autoridades logran identificar jóvenes de las comunidades rurales reclutados por los grupos de asociación ilícita.

MUNICIPIOS VULNERABLES

El Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), desde hace algunos años cataloga los municipios del Distrito Central, San Pedro Sula, Choloma, Nacaome, Juticalpa y Catacamas como los más vulnerables ante la criminalidad y violencia debido a la alta incidencia de homicidios y presencia de bandas delictivas.

Los informes indican que de los 298 municipios que conforman el territorio nacional, el año pasado solo 41 no registraron ninguna muerte por homicidio, en gran manera por la ausencia de las actividades de grupos de asociación ilícita y por tratarse de zonas bastante rurales.

Según los datos del OV-UNAH, en promedio 30 municipios registran la mayor incidencia criminal y delictiva, especialmente donde la cultura de la violencia se encuentra sumamente arraigada por patrones de conducta replicados por generaciones.

La FNAMP identificó una alta incidencia de actividad de asociación ilícita en los municipios de Sabanagrande, Valle de Ángeles, Cantarranas, Villa de San Francisco (Francisco Morazán) y Morocelí (El Paraíso), este último donde está enclavada la cárcel de máxima seguridad de La Tolva o “El Pozo II”.

Los entes de seguridad de Fusina reportan en 2019 el decomiso de 14,576 armas de fuego y de 25,902 municiones a las estructuras criminales.

FORTALECER UNIDADES

También reportaron incidencias en otros municipios del departamento de Francisco Morazán, como Guaimaca, Talanga y Orica, donde las alcaldías han tenido que implementar ordenanzas restrictivas de horarios para reducir los múltiples asesinatos poco usuales en las regiones.

Las municipalidades de Marcovia y Choluteca en la zona sur, catalogadas en el pasado como ejemplos por la baja tasa de criminalidad por la FNAMP, registran 100 miembros de “maras” y pandillas detenidos durante el 2019, por la participación en delitos como el tráfico de droga, armas y trata de personas, sicariato y extorsión.

De igual forma, municipios aledaños a la cárcel de Ilama o “El Pozo I”, en Santa Bárbara, como Gualala, Chinda, Trinidad y Arada, y San José de Colinas, entre otros sectores, según la FNAMP, en la actualidad son zonas altamente disputadas por las “maras” y pandillas que operan en el sitio.

Desde hace algunos años la zona norte del país, mantiene el funcionamiento de estructuras criminales tanto en el municipio de Choloma, el sector de río Chamelecón, Villanueva, La Lima y una creciente actividad en delictiva en la Montaña del Merendón.

Debido a la creciente expansión del movimiento de los grupos criminales, las autoridades del gobierno, han advertido sobre la necesidad de fortalecer las unidades regionales de los entes de seguridad que conforman las Fuerzas de Seguridad Interinstitucional (Fusina), para combatir y prevenir de forma eficiente las estructuras.

OBSERVATORIO
Maras y pandillas conquistan nuevos territorios rurales
La directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, explicó que la estrategia de recuperar territorios por parte de las autoridades no funciona como se espera y se tiene que trabajar prevención desde el núcleo familiar.

“Cuando la estrategia del Estado, es combate, control y también disuasión las maras y pandillas, estos salen de los lugares donde tienen controlado para refugiarse, en sitios que no son violentos o no tienen presencia y se quedan por un tiempo, dependiendo de la estrategia que el Estado tenga, porque están conquistando nuevos territorios rurales”.

Ayestas, destacó que, la presión de seguridad no brinda los resultados esperados porque para el caso al tratar de controlar la presencia de maras y pandillas en San Pedro Sula y Tegucigalpa, los mismos se expandieron para la Ceiba, Choloma, la Lima, la zona sur y municipios aledaños.

“Se debe trabajar en fortalecer la Policía Comunitaria, porque la Policía Nacional está presente en todo el país y es la que debe dar respuesta a la seguridad ciudadana que todos queremos, y no solo en acciones de control, porque el problema de la reacción ante el problema de las maras y pandillas tiene que ver con control y disuasión del delito, porque no se está pensando en prevención”.

PORTAVOZ DE FUSINA
Desarticulación de bandas causa “efecto cucaracha”
El vocero de las Fuerzas de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), José Coello, informó que desde el 2014 se han desarticulado 500 bandas delictivas con operatividad en las zonas urbanas y con un incremento en otras aldeas y municipios y a la fecha suman 4,809 detenidos por el delito de extorsión.

El subteniente Coello amplió que el aumento de la actividad de grupos criminales en aldeas de departamentos poco acostumbrados, se debe a la presión y el cierre de los circuitos urbanos para líderes de “maras” y pandillas, como en el caso de Amarateca.

“En Amarateca se le dio captura a líderes y simpatizantes de más de 60 miembros de maras y pandillas y al desarticular estas bandas ellos migran para las zonas rurales, el efecto se ha observado en Valle, Choluteca, El Paraíso, Olancho, Intibucá y la Paz”.

Según Fusina, el fenómeno social se denomina “efecto cucaracha”, porque debido a la presión y el cierre de la actividad delincuencial en zonas claves, los malvivientes aparecen en comunidades y caseríos tratando de implementar la operatividad.

La FNAMP registra 95 simpatizantes de “maras” y pandillas en Comayagua, 88 en La Ceiba, 100 en Choluteca, 289 en Tegucigalpa y 249 en San Pedro Sula.

En Sabanagrande, FM, el 21 de marzo pasado, la FNAMP reportó la captura de Fernando Canales Nieto, alias “El Oso”, miembro de la MS-13, acusado de extorsión, tráfico y venta de drogas.
En El Amatillo, Valle, el pasado 26 de marzo, Fusina logró la captura del pandillero salvadoreño, Miguel Ángel Zelaya, alias “El Payaso”, por extorsión, tráfico y venta de drogas y armas y asaltos y robo de ganado.
En un campamento localizado en El Merendon, aldea La Cumbre, San Pedro Sula, la DPI capturó el viernes pasado a cuatro miembros de la MS-13, por suponerlos responsables de varios crímenes y que utilizaban la zona como escondite y para empaque de drogas.
Equipos especiales de la FNAMP capturaron la semana pasada a un señalado de ser cabecilla de la MS-13, que aterrorizaba en la zona de Valle de Ángeles, Cantarranas, Villa de San Francisco y Morocelí.
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