Por Eduardo Enrique Reina García
“La Corte constata que, conforme al derecho internacional, los sucesos ocurridos en Honduras a partir del 28 de junio de 2009 constituyeron un hecho ilícito internacional”. Párrafo 152, Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Lopéz Lone y Otros Vs. Honduras, 5 de octubre de 2015.
El país vive una crisis compleja, su origen es sin duda el “ilícito internacional” golpe de estado del 28 de junio de 2009. En un aquelarre de las mentes más oscuras y negras nacionales y externas, definieron dar un golpe, perpetrado en la madrugada de ese domingo fatídico, y enviaron al Ejército a sacar a punta de balas al presidente constitucional, José Manuel Zelaya Rosales. Honduras retrocedió unas 3 ó 4 décadas. La acción fue torpe, mal manejada mediática e internacionalmente. Sin duda sirvió como laboratorio para otros “Lawfare” o golpes blandos que se intentaron o siguieron en América Latina, pero el de Honduras fue un ridículo mundial. Si ahora se ve con cabeza fría, las causas reales del golpe, son muy diferentes a las que tratan de imponer sus promotores y defensores frente al primer golpe condenado por todas las naciones y organismos internacionales del mundo.
El golpe se construyó en una confluencia de intereses de privilegios económicos y políticos. Lejos de los slogans propagandísticos como: “Mel se iba reelegir¨, “Es culpa de Mel”, “Los dos primeros años de Mel fueron buenos” o “El chavismo se va apoderar de Honduras”. El tema de fondo es la lucha de grupos por mantener su poder y hegemonía a costa de todo, intereses que involucran áreas o sectores estratégicos que en Honduras es un negocio redondo para particulares del status-quo. El problema no es el sector privado o la inversión, es que el país sea la finca de unos cuantos en perjuicio de todos y sin reglas ni control. Las decisiones del gobierno del Poder Ciudadano para tratar de poner algo de orden provocaron la conspiración golpista. Aquí podremos ver algunos:
Combustibles: Fue el compromiso de Mel a la Coalición Patriótica y que cumplió; llamó a una licitación pública internacional que trajo consigo una ola de ataques y lobby en Washington de las grandes empresas que manejaban el combustible en Honduras. Un tema de interés soberano. La licitación probó que los precios ni la fórmula eran correctos, y se bajaron los precios del combustible. Eso ganó a un primer grupo conspirador. Qué ocurrió después del golpe, la fórmula volvió a su viejo cálculo.
Telecomunicaciones: Otro sector vital para el Estado y los negocios de muchos. La apertura a un tercer operador móvil, y tratar de fortalecer HONDUTEL mostraron que se podía contar con precios más competitivos y bajos. Eso trajo consigo otro grupo de personajes y compañías que no vieron eso con agrado. Temas como el tráfico gris, también hacía ricos a muchos. En esto surgieron personajes oscuros como Robert Carmona, voceros de intereses económicos enormes. Después del golpe, HONDUTEL está en el punto de ser privatizada por inoperancia intencional.
Energía: El gobierno de Mel intervino exitosamente la ENEE, y se logró por primera vez en la historia un superávit. Se expusieron los leoninos contratos de las térmicas y la necesidad de migrar a un patrón hidroeléctrico o de energías renovables, fortalecidas por el Estado. Se subsidiaba energía para los más pobres. Después del golpe se abrió la puerta de la privatización de los recursos hidroeléctricos, con terribles consecuencias para el país y sus recursos. Hoy la ENEE está moribunda y con una empresa como la EEH que es atacada por el mismo régimen que la contrató, que es ineficiente y con precios altísimos para el pueblo.
Salud y Seguridad Social: Con sus grandes compras y ventas de medicamentos, Mel buscó crear comisiones para generar espacios más transparentes, incluyendo en estas hasta iglesias. El abuso se hizo patente actualmente donde se han malversado miles de millones, no querían transparencia ni control. Ahora salud enfrenta crisis severa y sin cumplir a la población el modelo de privatización de grandes protestas, unido a educación donde Mel sí pagó a cabalidad el Estatuto del Docente.
Finanzas y sector bancario: Se demostró al FMI y el BM que podía agilizar la economía bajando tasas de interés y encaje bancario, sin devaluación, sin aplicar nuevos impuestos y mejorando recaudación. Los entes financieros tienen sus propias prioridades y al parecer no eran los mismos, ni los métodos, es sabido que algunos bancos hicieron gran negocio con el golpe. Hoy la deuda interna es la más alta de la historia, y los impuestos ahogan al sector privado y creaciones como COALIANZA son criticados por el mismo sector privado, Honduras dejó de crecer como lo hacía.
Gestión institucional, sector social y tierras. Se aprobaron leyes de transparencia y la de participación ciudadana, eso no conviene a los que manejan el poder bajo esquemas de corrupción y coimas, o sin que el pueblo participe. En conflictos como el Aguán y tierras, se dialogó con campesinos e indígenas. Finalmente, quiso llamar a una Constituyente, nadie quiere tocar un esquema legal construido para beneficiar solo a unos. Esto era demasiado para los que lo han diseñado con sus lagunas y parchos. Hoy en el Aguán hay cientos de asesinados y qué decir de líderes indígenas como Berta Cáceres cuyo crimen sigue en impunidad.
Diez años de oscuridad golpista, trajeron consigo la destrucción de la institucionalidad, las peores cifras en violencia, narcotráfico, empleo, economía, corrupción, pobreza, población migratoria expulsada, violaciones a los derechos humanos. Honduras es un narco-estado fallido. Lo dijimos en esta columna hace algunos años atrás, hoy pocos analistas serios lo dudan. Los que se aferran al poder y dieron el golpe entraron en un proceso de devolución de poder a los militares, instauraron una dictadura, se reeligieron, violaron la Constitución e hicieron fraude en 2013 y 2017. El país vive hoy el fin del bipartidismo y un proceso que aunque lento terminará transformando a Honduras. El poder autoritario y dictatorial que se sostiene por la fuerza y las armas, es cada vez más frágil, su blindaje militar es su debilidad. Y la lucha por una Honduras libre continúa. El golpe al final no habrá detenido a la historia y el país tendrá que refundarse sobre nuevas bases y nuevos pactos sociales. Y el pueblo terminará tarde o temprano respondiendo a una consulta que quiso detenerse, tomando en sus manos su destino. El abismo a que llevaron al país los golpistas acabará por tragárselos.