Relato de hondureño náufrago: “Fue como cuando se hundió el Titanic”

SAN PEDRO SULA.- Entre lágrimas de emoción, besos y abrazos, fue recibido ayer el compatriota Rolando Argueta Melgar (32), quien sobrevivió junto a 16 hondureños más al naufragio del barco “Costa Concordia”, acaecido el viernes antepasado cerca de la isla de Giglio en Italia.

Rolando Argueta Melgar, quien pasó momentos de angustia en el barco accidentado, llegó muy sonriente a San Pedro Sula.

Tal como lo anunció anteayer el titular de la Dirección General de Marina Mercante, general en condición de retiro Nelson Willy Mejía, a las 9:00 de la noche, Argueta Melgar arribó al aeropuerto Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula, luego de partir de aquel país europeo el pasado jueves.

A su llegada era esperado por autoridades hondureñas, distintos medios de comunicación y sus familiares, que al sólo verlo aparecer en el salón derramaron lágrimas de  alegría, para luego fundirse en un fraternal y prolongado abrazo con el catracho, que lucía sonriente al saber que aún está con vida, pese a la tragedia del barco que chocó contra una enorme roca, perdiendo la vida al menos once de los  cruceristas, mientras que varios se encuentran desaparecidos.

Ansiosa también lució Delia Melgar, madre de Rolando, quien desde tempranas horas salió de la aldea La Campana, Puerto Cortés, hacia el aeropuerto, donde lo esperaba impacientemente y con muchos nervios.

“Yo ya quiero abrazarlo, tocarlo, para convencerme que está bien”, repetía una y otra vez la angustiada mamá, mientras veía inquieta la puerta de salida.

Consolada por sus demás familiares, quienes al igual que ella calificaron de milagro que estén sanos y salvos los 17 hondureños, por fin logró ver que apareció su vástago.
Visiblemente emocionada, dijo que generalmente los hermanos de éste han llegado a encontrarlo en otras ocasiones, pero esta vez ella acompañó al resto de la familia, para darle la bienvenida.

“Ahora aquí estoy con mi hijo, recibiéndole y dándole gracias al Señor siempre, porque me lo trajo con bien. Me siento más feliz, porque ya lo toqué, pues ese era mi deseo, tocarlo y abrazarlo”.

Los más pequeños de la familia corrieron emocionados al ver su tío y padre.

Por su parte, Argueta Melgar explicó que todo sucedió tan rápido, “como todos los han visto la película (el Titanic), nada más y nada menos ocurrió lo mismo”.

Mientras se abrazaba a su madre, dijo sentirse feliz de llegar a casa estar junto a su familia, “que es lo más importante y lo único que tengo”.

Su trabajo en el barco accidentado era provisión máster o encargado de todas las bodegas, donde se almacena la comida y bebida, para la tripulación y viajeros.

Recordó que al momento del choque estaba en su oficina trabajando y en ese momento se escuchó un fuerte golpe en la parte de atrás; a los 10 minutos fueron a percatarse de lo que sucedido y 15 minutos más tarde, tres pisos de la nave estaban llenos de agua.

Agregó que la mayoría de personas se salvó porque hicieron uso de las lanchas, tal como lo estipulan las medidas de emergencia que acataron los 1,065 trabajadores.

Apuntó que en ese momento tenía su celular y lo primero que hizo fue llamar a su madre, para decirle que estaba con vida y que no se preocupara.

Los familiares esperaron ansiosamente la llegada del compatriota, que junto a otros ayudó a salvar muchas vidas.

Añadió que, pese al accidente, seguirá con sus labores en los barcos, “porque es un trabajo de donde depende nuestra familia”.

Dio gracias a todas las personas que los han catalogado como héroes, pero ellos hicieron lo que pudieron para salvar muchas vidas.

Por su parte, Jorge Saybe, representante de la oficina del Sindicato de Marinos Especializados de Honduras, dijo que todo se les cumplirá al pie de la letra, tal como lo dicta su contrato; “se les darán todos sus beneficios, incluyendo lo que perdieron en el naufragio”.

Agregó que los demás hondureños llegarán hoy en tres vuelos, programados para las 3:30 de la tarde, 8:30 y 9:00 de la noche, respectivamente. (GB).