Ismael Zepeda Ordóñez
El 8 de febrero de 1913, Estados Unidos y Nicaragua celebraron en la capital Managua un tratado bajo el nombre de Weitzell-Chamorro sobre la apertura de una ruta interoceánica por el río San Juan y el establecimiento de una base naval en el Pacífico centroamericano. Al ser publicadas las interioridades del tratado por la prensa de Costa Rica y El Salvador, los sentimientos antinorteamericanos emergieron en las ciudades y pueblos de la región. Rápidamentese organizaron movimientos contra la ratificación del tratado por el Congreso y Senado de Estados Unidos por la amenaza de un protectorado. Así nacieron las Ligas Patrióticas en Honduras, Costa Rica y El Salvador. Esas ligas organizaron, movilizaron y respaldaron todas las iniciativas contra el tratado. Las negociaciones entre Nicaragua y Estados Unidos continuaron en Washington. El 5 de agosto de 1914 el tratado Weitzell-Chamorro fue reemplazado por el denominado tratado Bryan-Chamorro. El tratado, ratificado, establecía: “El gobierno de Nicaragua cede a perpetuidad al gobierno de Estados Unidos, por siempre libres de todo impuesto u otra carga pública, los derechos de exclusiva propiedad necesarios y convenientes para la construcción, funcionamiento de un canal interoceánico por la vía del rio San Juan y del Gran Lago de Nicaragua…, y le concede además por igual al río de noventa y nueve años el derecho de establecer, explotar y mantener una base naval en el punto del territorio de Nicaragua sobre el Golfo de Fonseca”. En este punto, el historiador estadounidense Dana G. Munro (2003, p,287), señala: “ha causado un enorme resentimiento en toda Centroamérica.” Costa Rica y El Salvador demandaron la nulidad del tratado en la Corte de Justicia Centroamericana con sede en San José. La Corte declaró en la sentencia de 1917 que el tratado violaba los derechos de los países centroamericanos demandantes. En Honduras las movilizaciones contra el tratado Bryan-Chamorro alcanzaron a los pobladores, intelectuales, mujeres y obreros. Fue una experiencia de organización y movilización antiimperialista en alrededor de 117 municipios. El domingo 3 de agosto de 1913 una movilización en la ciudad de Tegucigalpa alcanzó unas diez mil personas con discursos de reconocidos intelectuales con ejes de raza latina, identidad nacional y antiimperialismo. Sin lugar a dudas, podemos concluir que la organización, movilización y resistencia contra el tratado Bryan – Chamorro fue un factor fundamental en la constitución de la conciencia antiimperialista en Honduras.