Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)
La reacción común y corriente de nuestras autoridades, cuando somos atacados verbalmente por personajes, gobiernos o instituciones internacionales ha sido por lo general débil, displicente o a destiempo, dicha actitud en varias ocasiones hasta cobarde, es lo que nuestra sociedad percibe, hecho por el cual, se llega al punto de pensar en el viejo adagio “el que calla otorga; un ejemplo palpable, es el recurrente ataque del presidente salvadoreño contra nuestro Presidente, caso en el cual, solo a nivel particular se ha reaccionado. Recordemos, cuando se ataca a la figura presidencial de acuerdo a lo que su envestidura representa y se mancilla a toda nuestra nación, la patria es primero que cualquier sentimiento o sesgo político.
En esta ocasión, nos llena de satisfacción, la reacción del señor canciller, ante las tendenciosas y ofensivas versiones de los fiscales que son parte del juicio contra el ciudadano hondureño, Juan Antonio Hernández Alvarado, proceso al cual es sometido en una corte de la ciudad de New York, dicha fiscalía, califica en su despliegue acusatorio, lo siguiente en referencia al Estado de Honduras: “A sophiticated state-spomsored organization that distributed cocaine for years” (una sofisticada organización que ha protegido el tráfico de cocaína por años). En estas declaraciones, no se habla de gobiernos específicos, de tiempos finitos o de personajes en particular, se llevan de encuentro a todo lo que representa y forma parte del estado. ¡Todos los ciudadanos hondureños somos parte del Estado!
Aquí no se trata de defender personajes, el juicio de New York es un proceso en curso, y sea el resultado cual sea, deberá asimilarse. Tampoco podemos ignorar que el ciudadano juzgado es hermano de nuestro Presidente, es por ello que los obnubilados descargan toda su energía, esperando que hagan trizas al acusado y por efecto dominó caiga el gobernante, eso también es otro asunto; el hecho que indigna, es que un grupo de almidonados abogados nos cataloguen cínicamente, como estado narco protector, conociendo ellos mismos, que en nuestros países solo recibimos la escoria y pestilencia que nos deja el tráfico de la cocaína consumida y urgentemente necesitada, por una enorme cantidad de norteamericanos viciosos.
Nosotros como estado debemos reconocer, que hemos invertido grandes cantidades de nuestros limitados recursos, a través de varios gobiernos, tratando de controlar el difícil tráfico de droga, esperando o clamando casi de rodillas, por apoyo norteamericano financiero, para recuperar nuestra operatividad en defensa y seguridad, la cual se ha deteriorado en un problema causado a raíz de un mercado de droga insaciable. Como ya lo hemos expresado este asunto se reconoce como una responsabilidad diferenciada, ¡pero muy mal compartida!
Probablemente, el Tío Sam cogerá las notas remitidas por nuestro canciller, quizá las lea o simplemente las archive, pero existe la posibilidad que la gran potencia del norte recapacite y pida una disculpa en términos muy diplomáticos, no podemos esperar más que esto. En fin el punto válido del asunto, es que hoy se hace lo que se debió hacer siempre, cumplir con el trabajo diplomático, atentos a defender los intereses de la patria, dinamizando nuestro servicio diplomático oportunamente.
Hay muchas tareas pendientes en términos diplomáticos, el caso pendiente de la ejecución de la sentencia de La Haya de 1992, la cual está pendiente en la definición de espacios marítimos del Golfo de Fonseca, este es un caso vital para nuestros intereses, incluso para los tres países adyacentes, asunto en el cual hemos estado en un círculo vicioso más de te, café y bocadillos, antes que en la sustancia de solventar y aplicar una sentencia que data desde hace 27 años, otros casos similares también están pendientes en el Caribe.
Esperamos que el señor canciller no pierda el impulso y sostenga la dinámica, hay muchas cosas y casos pendientes que atender en la secretaría a su cargo.