Por: José Rolando Sarmiento Rosales
De acuerdo a lo publicado el 7 de octubre del presente año en Diario LA TRIBUNA, tomado de la fuente del Observatorio de la Violencia de la UNAH: Nueve suicidios semanales registran a nivel nacional. Mayoría de víctimas tenía entre 15 y 29 años de edad. Por cada caso de suicidio existen aproximadamente 20 intentos de suicidios, según OPS. Un total de 312 suicidios se registraron en Honduras en los primeros ocho meses del año, significa un promedio de nueve muertes a la semana, según el Observatorio de la Violencia (OV-UNAH). Los datos documentados por el observatorio revelan un aumento de 5.3 por ciento, solo en el primer semestre del año, comparadas con el mismo período del 2018.
La asfixia por ahorcamiento y la ingesta de sustancias tóxicas, son los métodos mayormente utilizados, mientras, los departamentos con mayor incidencia son Francisco Morazán, Comayagua, Cortés e Intibucá. Esa lamentable tendencia enciende las alarmas en el contexto de la salud mental de la población a criterio de especialistas, considerando además que a diario en el Hospital Escuela Universitario, se atienden entre dos y tres personas por intentos suicidas. La psicóloga de ese centro asistencial capitalino, Mireya Hernández, manifestó su preocupación de que no se le tome importancia a la salud mental, por temor al rechazo. Expertos demandan ejercer mayor control en la venta de plaguicidas, herbicidas y fármacos. “Es difícil decir que se tiene un problema de bipolaridad, pero familiares deben conocer y estar pendientes para evitar más suicidios”, recalcó Hernández.
“Esta es la segunda causa de muerte en el mundo, a diario recibimos entre dos y tres personas que intentaron quitarse la vida, un factor de riesgo muy importante es el acceso que tienen a plaguicidas y armas de fuego”, amplió Mireya Hernández. En 2018 según el OV-UNAH, los suicidios en Honduras representaron la cuarta causa de muerte con 404 saldos trágicos, que representa un promedio mensual de 34 víctimas en todo el país, excepto en Gracias a Dios. La tasa de suicidios en el 2018 fue de 5.1 por cada cien mil habitantes, de los 404 casos ocurridos en el año, 308 (76.2%) corresponden a hombres y 96 (23.8%) a mujeres. Pero por vía de comparación veamos lo que ocurre con los miles de casos en el mundo y las circunstancias similares que originan las muertes por suicidio.
La cantidad de personas en todo el mundo que mueren por suicidio está disminuyendo, pero aun así, una persona se suicida cada 40 segundos, según nuevas cifras de la Organización Mundial de la Salud, que exhortó a los países a hacer más para detener estas muertes prevenibles. Entre 2010 y 2016, la tasa global de suicidios disminuyó en un 9.8%, dijo el organismo de salud de la ONU en su segundo informe sobre el tema. La única región que experimentó un aumento fue América. La OMS dijo que cerca de 800.000 personas mueren por suicidio cada año, más que quienes mueren por malaria, cáncer de seno o por la guerra o los homicidios, y lo calificó como un “problema grave de salud pública mundial”. El organismo de la ONU dijo que solo 38 países tienen estrategias de prevención del suicidio.
Las tasas de suicidio fueron más altas que el promedio global estandarizado por edad (10.5 por cada 100.000 personas) en África, Europa y el sudeste asiático. “Casi tres veces más hombres que mujeres mueren por suicidio en países de altos ingresos, en contraste con los países de ingresos bajos y medios, donde la tasa es más igual”, dijo la declaración de la OMS. “El suicidio fue la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito. En los adolescentes de 15 a 19 años, el suicidio es la segunda causa de muerte entre las niñas y la tercera entre los niños (después de los accidentes de tránsito y la violencia interpersonal)”, agregó la OMS.
La organización dijo que una forma de reducir la tasa mundial de suicidios sería limitar el acceso a los pesticidas, que, junto con el ahorcamiento y las armas de fuego, son el método más común de suicidio. La OMS dijo que ha ayudado a reducir los suicidios, educar a los medios sobre cómo informar responsablemente sobre el suicidio, identificar a las personas en riesgo temprano y ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades que les ayuden a lidiar con el estrés de la vida.