LA PAZ (AFP). El presidente de Bolivia, Evo Morales, ganó la reelección en primera vuelta, según el escrutinio del 95% de las actas de los comicios generales del domingo, divulgado por el órgano electoral el lunes en la noche.
El recuento rápido de actas (TREP), reanudado al finalizar la tarde del lunes, daba a Morales un 46,87% y al opositor Carlos Mesa el 36,73% con 95,30% de actas verificadas, y ponía al presidente izquierdista a un tris de evitar una segunda vuelta con su principal rival.
Carlos Mesa, denunció el lunes un “fraude” y anunció que desconocerá los últimos resultados provisionales de las elecciones presidenciales que dan al jefe de Estado ganador en la primera vuelta.
“No vamos a reconocer esos resultados que son parte de un fraude consumado de manera vergonzosa y que está colocando a la sociedad boliviana en una situación de tensión innecesaria”, sostuvo Mesa, en declaraciones a medios de Santa Cruz (este boliviano).
Sin embargo, imperaba un clima de suspicacias debido a que el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) suspendió la noche del domingo el escrutinio de los votos en un conteo rápido TREP, que fue reanudado tras casi 20 horas de parálisis.
“La Misión de la OEA manifiesta su profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas” el domingo, y que estaban orientados hacia una segunda vuelta entre Morales y el opositor Carlos Mesa, dijo el organismo en un comunicado.
Para evitar cuestionamientos, el canciller Diego Pary y los veedores de la OEA “acordaron establecer un equipo de acompañamiento permanente en el proceso de conteo oficial de votos” de los comicios, consignó un Twitter el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia.
El acuerdo sigue a un llamado público de Pary a los organismos y embajadas extranjeras en el país a seguir el conteo “para que el proceso concluya con toda la transparencia necesaria”, luego que el candidato opositor y expresidente Carlos Mesa acusara al gobierno de “manipular” el resultado de los comicios para evitar un balotaje.
Horas más tarde, la OEA tuiteó que “rechaza la interrupción del conteo definitivo” en la región de Potosí, donde comenzaron las protestas contra el Tribunal Electoral, acusado de falta de transparencia. Las protestas se extendieron luego a La Paz (oeste), Santa Cruz (este) y otras ciudades menores.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) paralizó la difusión del escrutinio el domingo, tras un primer y único informe de conteo rápido del 84% de las actas que daba un 45,28% a Morales y un 38,16% a Mesa, datos que anticipan un balotaje el 15 de diciembre.
Waldo Albarracín, líder de la influyente organización civil de derecha Conade, alertó que el oficialismo genera un clima de inestabilidad y afirmó que “si en este país se suscita una guerra civil, es responsabilidad de este gobierno”.
Mientras, Estados Unidos expresó preocupación por la “repentina interrupción de la tabulación electrónica de votos” y llamó a restablecer “ya” la “credibilidad y la transparencia” del proceso electoral, en un tuit del subsecretario interino de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak.
A su pedido se unieron los gobiernos de Argentina, Brasil y Colombia.
La decisión de Morales de volver a postularse es mal vista por un segmento de la población y fuertemente criticada por la oposición, que cree que si gana, Bolivia va camino hacia una autocracia.
Morales se vio favorecido por un fallo del Tribunal Constitucional que lo habilitó en 2017 para una reelección indefinida, alegando que postularse es su derecho humano, un año después de perder un referendo que consultaba a la población sobre el tema.