Extensas jornadas informativas y educativas continúan brindándose en octubre, sobre el cáncer de mamas, que afecta a millares de mujeres hondureñas y millones en el mundo. Es meritorio reconocer la labor de múltiples instituciones y personas trabajando para reducir la incidencia de este daño enorme en la salud de mujeres y ahora hasta hombres. Pero en paralelo avanza un cáncer social que nos está dejando graves secuelas. El cáncer del poder político. Después del veredicto contra Juan Antonio Hernández en Nueva York, la masa popular y políticos de oposición aumentó vertiginosamente en las calles y viralmente en las redes sociales. Algunos creyeron que el cáncer daba su última estocada. No fue así. Los días continúan y el cáncer como dicen los médicos se calmó temporalmente por efectos de las quimioterapias y radiaciones. Pero el cáncer social por el poder, ese no se puede extirpar con una simple inyección. Por allí andará. A ver a quién se lleva.
Allan Aragón
Tegucigalpa, M.D.C.