En tiempo récord y mediante pruebas de ADN, personal forense logró identificar el cuerpo de Magdaleno Meza y otro reo, siendo finalmente entregado ayer a sus parientes para que les diesen cristiana sepultura.
Bajo un completo hermetismo, los parientes reclamaron los restos de Magdaleno Meza y de Marco Tulio Amador, este último muerto en La Tolva.
En un principio se manejaba que el cuerpo iba ser entregado entre 10 a 15 días, por las múltiples perforaciones de arma de fuego y heridas de arma blanca.
Pero ayer el Laboratorio de Serología Genética informaba al demás personal de la Dirección General de Medicina Forense, que habían arrojado los resultados.
Inmediatamente el personal forense dio aviso a la familia de Magdaleno, para que fuesen reclamados los restos mortales.
A la morgue capitalina llegaron solo unos empleados de una funeraria, para reclamar el cuerpo, debido a que la familia de Magdaleno tiene temor a más represalias.
Los cuerpos de Marco Tulio Amador (35) y Magdaleno Meza o Nery Orlando López (33) ingresaron sucesivamente el sábado, luego de ser asesinados uno en la cárcel de máxima seguridad de La Tolva, ubicada en Morocelí, El Paraíso, y el otro en centro carcelario de “El Pozo 1”, en Ilama, Santa Bárbara.
De acuerdo a la portavoz de la morgue capitalina, Issa Alvarado, detalló que a la hora de realizar la toma de muestras el cuerpo estaba en buen estado.
“En el caso de los dos reos desde el sábado y todo el fin de semana en el laboratorio quedaron trabajando para poder entregarlos a sus familiares”.
Según Alvarado, a los dos reclusos el personal forense le practicó los tres métodos de identificación, como ser prueba de huellas dactilares, odontograma y pruebas de ADN.
Más noche se informó que el cuerpo de Magdaleno fue llevado a la PN de Mujeres en Támara, en donde iba a ser velado por un corto tiempo por su esposa Erika Bandy, quien está presa.
Posteriormente, un familiar dijo que el terraje iba a ser en un lugar privado en el occidente del país, pues la familia tiene temor que busquen hacerles más daño y era por esa razón que pedían a los medios de comunicación, no publicar el camposanto y la zona.