Miami, 30 oct (EFE).- Los mexicanos Diana Reyes y Montez de Durango son firmes creyentes de la frase “renovarse o morir” y para ello apostaron por grabar una versión en banda de “Fuiste tú”, tema del cantautor guatemalteco Ricardo Arjona.
“Estudiamos varios duetos y este nos pareció el mejor”, dice en entrevista con Efe en Miami Fabián Muro, líder vocal de la agrupación. “La composición, además, permitía ser adaptada a nuestro estilo y nuestros arreglos”.
La canción, que en su versión original fue cantada por el cantautor y su compatriota Gaby Moreno, mantiene su esencia romántica en esta nueva versión, que consideran además un “regalito” para sus seguidores en Centroamérica, donde, aseguran, la música regional mexicana vive un “gran momento”.
En esta nueva versión, “Fuiste tú” cobra una alegría inesperada con el acompañamiento de los arreglos de banda y el estilo de Montez de Durango, que ha incorporado la batería y otros instrumentos no tradicionales en el género.
La potencia de la voz de Reyes, quien se dio a conocer por toda Latinoamérica al cantar el tema de la telenovela de 2015 “Ya no creo en los hombres”, es la suficientemente fuerte para que la melodía brille entre los múltiples metales.
Aunque habría sido difícil imaginarlo, Arjona en banda funciona, dicen sobre un músico del que reconocen que son “fans de toda la vida”.
Con esta iniciativa pretenden darle impulso al proceso de revitalización de sus carreras, que además incluye la aplicación de técnicas empresariales (los líderes de la banda están tomando cursos) y ampliar aún más su presencia en las redes sociales y como muestra su cuenta hasta en Snapchat.
Este nuevo proyecto en conjunto se suma a una lista de planes, como una pequeña gira de conciertos por Estados Unidos de tres semanas que se ha ido prolongando hasta los seis meses compartiendo escenario en el tour “Los reyes y la reina”, que esperan además llevar en breve a México y América Central.
Para Reyes, la mancuerna que han hecho ha sido una sorpresa.
“Nos conocemos hace muchísimo tiempo, desde que yo comencé a meterme en el género del pasito duranguense, hace 14 o 15 años”, dice la cantante sobre una relación que pasó de ser “cordial, pero solo profesional” a la actual familiaridad que le hace considerarles sus “hermanitos”.
“Ha funcionado tan, pero tan bien y las colaboraciones están teniendo tanto éxito, que decidimos grabar juntos”, agregó sobre un tema que ya está en los primeros lugares de las carteleras musicales de Honduras y Guatemala y esta semana entró en las principales canciones latinas de la lista que elabora Billboard.
La satisfacción que sienten va más allá de la canción.
“Hay que renovarse o morir”, asegura Reyes mientras que los integrantes de Montez de Durango asienten. “Para estar vigentes los artistas tienen que entender qué necesita el público, cómo están cambiando las cosas, los gustos y hasta la forma de relacionarse”.
Entre Reyes y la banda suman más de 40 discos y “miles de miles” de presentaciones. Sin embargo, han sentido, como los exponentes de otros géneros, la mordida de la popularidad de la música urbana.
“Es lo que se oye por todas partes”, reconocen sobre un hecho que les apremió a evolucionar no solo para mantenerse sino para que las “nuevas generaciones sigan amando el regional mexicano”.
Eso no significa que vayan a cantar o hacer fusiones con reguetón, pues los integrantes de esta banda originaria de Chicago, donde fue fundada en 1966 por José Luis Terrazas, dicen que su corazón baila al ritmo del pasito duranguense, la danza típica de la música de esa región de México.
Para su vigésimo cuarto disco, Montez de Durango ya tiene a Diana Reyes pero quieren agregar a otros artistas y hacer “otras covers (versiones) y temas inéditos” que se unan a su tradicional línea de temas de amor y de la vida del migrante.
Fue por ello que decidieron grabar junto al muro fronterizo que separa las playas de Tijuana (México) y San Diego (California) el video de “Fuiste tú”, que se presenta además como un “homenaje a los inmigrantes”, explica Daniel Terrazas, baterista del grupo.
“Fue agridulce hacerlo allí”, reconoce Muro sobre la sensación que se siente en ese lugar: “Hay alegría, porque es lo que siente la gente que logra cruzar, pero también hay mucha tristeza y el dolor de las familias separadas”.
