Kiev, 31 oct (EFE).- La OTAN reafirmó hoy su apoyo a Ucrania al afirmar que “está a su lado” frente a las actuaciones “desestabilizadoras” de Rusia y le pidió no cejar en el proceso de reformas para poder acceder en un futuro a la Alianza Atlántica.
“Toda la Alianza, todos los aliados de la OTAN están representados hoy aquí en Kiev. Cada embajador representando a su propia nación. Cada nación está con ustedes, de manera que, con independencia de lo que depare el futuro, sepan que la OTAN está de su lado”, dijo el secretario general de la organización, Jens Stoltengerg.
El Consejo del Atlántico Norte, formado por los 29 embajadores de los países aliados, se encuentra junto a Stoltenberg en Ucrania, donde el miércoles visitaron cuatro buques contra minas de la Alianza -uno de ellos español- en el puerto de Odesa y donde hoy el máximo órgano de decisión de la organización se reunió en Kiev con el nuevo Gobierno ucraniano en el formato de la Comisión OTAN-Ucrania.
Ucrania sometió su solicitud para sumarse a la OTAN en Bucarest en 2008 y el Gobierno aspira a cumplir todos los requisitos en cinco años.
El presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, dijo hoy en una rueda de prensa junto a Stoltenberg que Kiev está preparado para cooperar más estrechamente con la organización, “acelerar” los preparativos para unirse a la Alianza y demostrar en la práctica que el país “se merece” acceder al Plan de Acción para la Adhesión (MAP, en sus siglas en inglés).
“Esperamos que nuestro progreso en la implementación de los principios, las normas y los estándares de la OTAN (…) sea reconocido en decisiones futuras de nuestros aliados”, recalcó.
Expresó su deseo de que “se actualice y amplíe con iniciativas y actividades adicionales el Paquete de Asistencia Integral” de 2016 y pidió acceder a las “oportunidades mejoradas” de la Iniciativa de Interoperabilidad para poder adaptar mejor las Fuerzas Armadas y el equipamiento a los estándares de la OTAN.
“Ucrania está preparada para este nuevo nivel de asociación con la Alianza”, aseguró.
Por su parte, Stoltenberg sostuvo en un discurso en la Rada Suprema (Parlamento) que Ucrania tiene ahora “una oportunidad histórica” para implementar las reformas necesarias, al tener un nuevo presidente y un nuevo Parlamento con amplio respaldo popular.
Ello implica reforzar el Estado de derecho, luchar contra la corrupción y garantizar los derechos de las minorías, como la húngara, recalcó, e insistió en que las reformas son esenciales para la futura seguridad y prosperidad del país y para hacer avanzar la aspiración de Ucrania de ingresar en la OTAN.
Indicó que, aunque el camino será duro, la decisión que tome la OTAN sobre el futuro de Ucrania en su seno será únicamente la de los aliados porque “ningún país externo tiene el derecho a veto”, subrayó, en una velada referencia a Rusia.
“El tiempo de las esferas de influencia se ha acabado”, remarcó un Stoltenberg duro con el comportamiento de Moscú en Ucrania.
“Instamos a Rusia a devolver el control de la península” de Crimea a Ucrania tras su anexión en 2014 y “a cesar sus acciones desestabilizadoras en el este” del país, señaló.
La Comisión OTAN-Ucrania urgió a su vez a Moscú a “cesar todo el apoyo político, financiero y militar a los grupos rebeldes y a dejar de intervenir militarmente en las regiones de Donetsk y Lugansk, así como a retirar sus tropas, equipamiento y mercenarios”.
El Ejército ucraniano y los rebeldes prorrusos se enfrentan desde hace más de cinco años en el este de Ucrania, en un conflicto que ha causado la muerte de 13.000 ucranianos y ha provocado el desplazamiento de más de un millón de personas.
El titular de la OTAN valoró la separación de fuerzas en julio en Stanitsa Luhanska y esta semana en Zolotoye (Lugansk), pero recordó que el conflicto sigue cobrándose vidas, por lo que instó nuevamente a todas las partes, pero en especial a Rusia, a cumplir plenamente los Acuerdos de Minsk para la paz en el este de Ucrania.
Zelenski aprovechó la ocasión para anunciar que Kiev también retirará las tropas del frente en Petróvskoye (Donetsk) a partir del 4 de noviembre.
El repliegue es una condición inamovible para que se celebre una cumbre a nivel de jefes de Estado y de Gobierno del Cuarteto de Normandía (Ucrania, Alemania, Francia y Rusia), tras la aceptación por Kiev de la “Fórmula Steinmeier”, que contempla la convocatoria de elecciones en el Donbás y la concesión del autogobierno a los separatistas si los comicios son declarados democráticos.
