Ivette Marselle Isaula Alvarenga
Estudiante de la Licenciatura de Relaciones Internacionales
ivette.isaula@unitec.edu
UNITEC, campus Tegucigalpa
La Constitución de la República de Honduras, en su artículo 151 establece que “La educación es función esencial del Estado para la conservación, el fomento y difusión de la cultura, la cual deberá proyectar sus beneficios a la sociedad sin discriminación de ninguna naturaleza. La educación nacional será laica y se fundamentará en los principios esenciales de la democracia, inculcará y fomentará en los educandos profundos sentimientos hondureñistas y deberá vincularse directamente con el proceso de desarrollo económico y social del país”. En materia de derechos humanos, la educación es uno de los pilares fundamentales, porque permite al ser humano adquirir conocimientos y lograr una vida plena. En el caso del sistema educativo hondureño, se puede decir que actualemente está teniendo graves deficiencias al no incluir la educación sexual integral en el diseño curricular para la educación básica y media. La educación sexual integral es la enseñanza-aprendizaje de aspectos psicológicos, físicos, cognitivos y sociales de la sexualidad. A través de ella se pretende enseñar al niño, niña o adolescente, valores que fortalezcan su salud, bienestar y dignidad. Es importante que los jóvenes sepan cómo entablar relaciones sociales y sexuales basadas en el respeto y protección de sus derechos.
Según datos de la Secretaría de Seguridad de Honduras, 9 de cada 10 denuncias por abuso sexual son de niños o jóvenes, es decir, el 90% de las víctimas tienen entre 13 a 17 años. Tras haber hecho un trabajo de voluntariado en una escuela de la capital, me di cuenta de la enorme necesidad de implementar educación sexual en el sistema educativo hondureño. A diario nuestros niños y jóvenes corren el riesgo de ser abusados sexualmente, y lamentablemente, muchos de ellos ya son víctimas de abuso. Son muchos los casos en los que los educadores no toman las medidas correspondientes, y lo que es aún peor, es que los niños y niñas ya lo ven como algo normal. La educación sexual es una herramienta de prevención al abuso sexual, porque faculta a los niños y niñas a identificar acciones inapropiadas y acercamientos indebidos de personas que quieran lastimarlos.
La educación sexual sigue siendo un tabú en Honduras. Lo que muchos aún no entienden, es que no consiste en incitar a los niños o a los jóvenes a iniciar una vida sexual a temprana edad. Va más allá de solo enseñar cómo ponerse una toalla sanitaria o cómo utilizar un condón. La educación sexual es un instrumento que ayuda a fortalecer las capacidades de comunicación y análisis, para garantizar valores, relaciones sanas y respetuosas, igualdad de sexos, derechos humanos, salud y bienestar, previniendo ante todo la violencia, desigualdad de género, embarazos no deseados, abortos ilegales, VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Es importante reconocer que ningún tipo de educación atenta con los valores morales. Sin embargo, para poder impartir esta asignatura, se necesita la formación de los docentes, guías de educación sexual y escuela para padres que consista en conferencias y charlas del tema. La educación sexual no acaba con la inocencia de un niño, el abuso sexual sí.
Honduras está en deuda con todos los niños y jóvenes. La implementación de la educación sexual en escuelas y colegios es urgente, ya que forma parte del desarrollo de la educación formal y no formal de nuestros niños y jóvenes. Por un sistema educativo preventivo, laico, integral y científico.
¡Sí a la educación sexual!
Abg. María Fernanda Reina García
Directora de la columna “La Voz de la Academia”.