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Muy contentos estamos por la clasificación de Honduras al Mundial de Brasil 2014, lo que sin duda ha venido a ser como un alivio momentáneo para las muchas penas que sufre el pueblo hondureño por los problemas que sacuden al país, que no hace falta recordar.
El pueblo se merece al menos la alegría de una clasificación, la segunda de forma consecutiva en cuatro años, y la tercera desde que José de la Paz Herrera lo logró en 1981 para el Mundial de España’82.
Es de felicitar a quienes dirigen el fútbol hondureño, cuerpo técnico, jugadores y afición por un triunfo que es de todo el país.
Tras la clasificación ha ocurrido algo malo. A muchos le ha dado por hablar hasta por los codos y ya quedan viendo a la gente por encima de los hombros y con las cejas arqueadas. El secretario de la FENAFUTH, Alfredo Hawit, por ejemplo, ha dicho sin la mínima  modestia que Brasil quiere jugar con Honduras el 16 de noviembre próximo porque considera que la final del Mundial de 2014 podría ser con la selección hondureña. Está bien que ese tipo de comentarios lo hagan los jugadores más inexpertos de la selección, que tienen derecho a soñar y son los que corren y sudan la camiseta en el campo, pero que salgan de un ejecutivo de la Federación de Fútbol es demasiada soberbia.
Es posible que Brasil quiera jugar con todas las selecciones que clasifiquen al Mundial de 2014, porque todas serán un potencial rival del país de Pelé, Garrincha y Ronaldinho.
Algunos dirigentes del fútbol de casa deberían de ser menos desbocados y poner los pies en la tierra. Honduras no es ninguna potencia, aunque eso tampoco es para sentirnos menos que nadie, pero hay que ser realistas, con lo que tenemos a lo más que podemos aspirar es pasar a la segunda ronda.

Julio Núñez

Otra buena noticia es la franca mejoría de su salud que va teniendo el periodista deportivo uruguayo Julio Núñez, a quien escuchamos el día del partido entre Honduras y Jamaica, aunque no supimos si lo estaba haciendo desde su casa o algún centro médico.
Lástima que Uruguay, con toda su tradición futbolística, tenga que ir al repechaje, lo que Julio Núñez seguramente está lamentando.
Lo importante es que él se está recuperando y que siga mejorando para que regrese pronto a la cabina de HRN, donde su ausencia se siente mucho porque no todos sus subalternos están a la altura de una emisora que se precia de ser la más grande.
En algunos de los muchachos de la «N» es impresionante la actitud más de fanáticos que de narradores y comentaristas serios, y uno que otro, arrogante.
Ese tipo de actitudes no le abonan al periodismo deportivo de ningún medio y por eso en muchas partes se produce un rechazo hacia a algunos comunicadores por parte de aficionados, dirigentes de equipos, jugadores y entrenadores.
Recuerden lo que acaba de pasar en Costa Rica con el entrenador de ese país, el colombiano Jorge Luis Pinto, quien ha dicho que en México hay «dos o tres periodistas payasos», de quienes enfatizó que hablan «porquerías», por lo que dijo uno de ellos sobre el partido que los «ticos» perdieron 1-0 el 11 de octubre en San Pedro Sula contra Honduras.
Uno de esos «payasos» a los que se refirió Pinto, quien también reconoció que en México hay buenos periodistas deportivos, es el comentarista Juan Carlos Gabriel de Anda, de la cadena Fox Sports, quien afirmó que el gol de Jerry Bengtson contra Costa Rica era «comprado».
Ese tipo de declaraciones por parte de un periodista es una irresponsabilidad, porque no solamente se llevó de encuentro a Costa Rica, sino también a Honduras y México.
Lo peor para el citado comentarista es que no pudo sostener lo que había dicho y después terminó pidiendo disculpas por su inoportuno comentario, lo que también es penoso para él y el medio para el que trabaja. Nada lacera tanto el orgullo de un periodista como el tener que retractarse de lo que ha dicho, con lo que también pierde credibilidad.

Entrevistas

En Deportes de Televicentro hemos venido observando la actitud de un joven reportero que al final de los partidos en el Estadio Nacional llega a niveles exagerados de confianza con los jugadores, a los que comienza a entrevistar llevándolos abrazados, tratándolos de tu como que si fueran sus hermanos o colegas, haciendo muy malas preguntas y diciendo siempre al final «perfecto». ¿Perfecto qué?

Rely Maradiaga

Al joven periodista deportivo Rely Maradiaga, de quien en esta sección hemos destacado algunos de los muy buenos reportajes que ha publicado en Televicentro, empresa para la cual trabaja, ya lo están introduciendo como narrador de fútbol.
Está bien que Rely vaya aprendiendo a narrar, pero está comenzando mal, con muchos comentarios que a veces no puede sostener, como cuando dijo hace unos pocos días sobre un tiro de esquina desviado que había hecho un jugador, que era de lo más horrible que se han visto en la historia del fútbol.
Oportunamente salió al paso Nahum Espinoza, quien le acompañaba como comentarista del juego y le restregó que ese había sido un mal tiro de esquina nada más, pero que no llega a categoría de horrible.
Por cierto, el tiro de esquina, que nosotros vimos, solamente fue que salió ligeramente desviado de la portería por una mala ejecución.
En otros pasajes, Rely narra cosas obvias y repite mucho algunas palabras. Sería bueno que grabe los partidos que narra y después los vea como una autocrítica para que mejore. El muchacho tiene madera para ser un buen narrador, pero que se baje un poco de la nube.
Saludos mis siempre caros y fieles lectores, y hasta la próxima.