Buenos Aires (EFE). Con la llegada a Buenos Aires de los primeros invitados internacionales, como el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y los preparativos de la ciudad para acoger la celebración, Argentina inicia la cuenta atrás para que este martes Alberto Fernández sea investido como jefe de Estado.
La asunción del peronista en medio de una severa crisis económica culmina así la transición iniciada el 27 de octubre pasado, día en que Fernández y su compañera de fórmula para la vicepresidencia, la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) ganaron las elecciones con el 48,24% de los votos frente el 40,28% obtenido por el actual mandatario, el conservador Mauricio Macri.
El comienzo de los actos está previsto a las 10:30 hora local, cuando arrancará en el Congreso de la Nación la sesión del traspaso de mando, en la que, tras diversos trámites protocolarios, se llevará a cabo la jura, asunción y el discurso del nuevo presidente.
La Constitución Argentina establece que al tomar posesión, el presidente y vicepresidente electos deben prestar juramento ante el presidente del Senado -función que ejerce la aún vicepresidenta en funciones del país, Gabriela Michetti- y con el Congreso reunido en Asamblea Legislativa, que engloba tanto a los diputados como los senadores.
Fernández tomará el control de la Casa Rosada con una economía en recesión desde abril del 2018, altísimas tasas de inflación e índices de pobreza y desempleo en aumento.
“La primera necesidad es que la economía vuelva a funcionar. La economía está paralizada. Llevamos 19 meses de caída de la actividad industrial, más de dos años de caída del consumo”, recordó.
Fernández dijo que las medidas a adoptar “tienen que ver con ciertas necesidades primeras”, “poniendo recursos en los bolsillos de la gente que menos tiene” y “revisando algunos precios que en los últimos meses han crecido de modo incomprensible en algunos productos” como alimentos y medicamentos.
“Esto se va a conocer desde el primer día, poco a poco. El jueves, tal vez. Mañana es un día más de ceremonias que de trabajo”, señaló.
Señaló que tiene en estudio alguna mejora de los salarios de los trabajadores.
“Estamos viéndolo. Lo que nos preocupa es que los que ganan menos tengan un ingreso adicional para poder hacer frente a la situación que se está viviendo, con una inflación muy alta que ha maltratado mucho a los salarios. Así que lo estamos viendo. La idea es cerrarlo rápidamente”, dijo.
Afirmó que la de Macri “es una gestión que no ha dejado en pie a nadie” y culpó al mandatario saliente por el alto nivel de endeudamiento del país.
Sostuvo que si los mercados reaccionaron adversamente en los últimos meses, la “culpa” es de Macri.
“Si eso ocurrió porque los mercados pensaban que si ganábamos nosotros venía ese populismo chavista del que hablaba Macri, la culpa es de Macri por haber mentido. Nosotros no somos eso”, aseguró.
“La verdad es que lo único que vieron los mercados es lo que es evidente: que el Estado nacional argentino está impedido de poder pagar en tiempo y forma, y el riesgo de caer en el default (cese de pagos) es muy alto”, añadió.
Con respecto a los controles cambiarios impuestos por Mauricio Macri a finales de agosto y endurecidos desde finales de octubre, Fernández dejó ver que será difícil levantar las restricciones.
“El gobierno puso el cepo porque se quedó sin dólares, se gastó todos los dólares. En ese estado de cosas, es muy difícil dejar abierta la compra de dólares porque no los hay, no hay dólares”, indicó. EFE