Por Boris Zelaya Rubí
“Los partidos políticos se alimentan de una muy variada lista de oportunistas zánganos, que hacen de la política su modo de vida, invierten dos, pensando que sacarán cien o más, les importa poco la palabra empeñada y como no defienden nada -solo sus intereses y bolsillos- se cambian de partido a cada rato, fomentando el transfuguismo a las primeras de cambio”.
La hasta ahora famosa doctora Suyapa Figueroa, ha vertido declaraciones como abanderada del Colegio Médico de Honduras, en el sentido de que posiblemente busque un cargo de elección popular, reservándose por cual corriente o partido político lo hará. Indiscutiblemente después de fomentar las marchas apoyada por líderes de la insurrección, se convirtió en “defensora del pueblo”, como todos aquellos que han utilizado las protestas de cualquier grupo social en su beneficio y no tarda en formar parte de los “zánganos”.
De todos es conocido quienes son los que han soliviantado los ánimos de los inconformes, prometiéndoles empleo, mejoras salariales, vivienda, tierras y hacer realidad todas sus ambiciones y sueños, claro que nunca cumplirán con las auténticas demandas de la sociedad. Los únicos gananciosos son aquellos que se ponen al frente de las moloteras, induciéndolos a quemar llantas, saquear negocios y a enfrentarse a los guardianes del orden público. Los azuzadores son los únicos zánganos que logran vivir sin trabajar, al convertirse en diputados o miembros de comisiones manejadas con fondos del exterior, ganándose el sueldo, al hablar cháchara por todos los medios posibles, gastando saliva y viviendo de los tontos que les han permitido ser “punta de lanza” en sus “bochincheras”.
Hacemos la aclaración que no nos estamos refiriendo al señor Alegría ni al señor Barahona y mucho menos al exdirectivo del gremio magisterial, maestro Edgardo Casaña o al que no “cuajó”, ¿será que nunca entenderán que el Partido Libre es propiedad del tal “Mel”? Este poco a poco está manipulando a los medios, para demostrar que es el pueblo quien exige llevar de candidata a la Presidencia a doña Xiomara o a la Pichu, porque son las únicas personas que no lo traicionarán jamás.
No tarda la “imparcial” directora del Consejo Nacional Anticorrupción, (CNA) en brincar hacia un cargo ¿será con alguno de los líderes con los que se le ha visto, L. Zelaya o S. Nasralla? ¿Por qué será que muchas personalidades que han gozado de alguna notoriedad no se acostumbran al anonimato y pretenden figurar posteriormente en cualquier grupo que tenga alguna función social, con remuneraciones que les permitan vivir “decorosamente”?
A propósito de figuraciones, felicitamos al señor Tito Mejía, que después de su trajinar por varios partidos políticos, ha regresado a su partido de origen, de donde no debió haber salido nunca, estamos seguros que su decisión no la tomó por algún resentimiento, sino como un aprendizaje de las instituciones políticas contrarias a la suya. Vuelve con la ventaja de haber conocido de cerca las fallas de los que creen tener “a la vuelta de la esquina” el tan anhelado triunfo. ¡suerte! Y que motive a que todos sus correligionarios y regresen al seno del Partido Liberal.
En el Partido Nacional están aflorando los pretendientes a la vacante que dejará el abogado Juan Orlando Hernández cuando finalice su período. Los que deseen obtener notoriedad a costa de atacar su mismo partido, deben entender que quien intente romper la unidad de la institución azul por sus intereses personales, aunque sea “por esta única vez”, comete un grave error, porque en política los traidores no los acepta nadie y más bien pueden con sus acciones de chantaje político, ocasionar una derrota que los marcará a ellos y sus futuras generaciones como los culpables de un catastrófico cambio de sistema en nuestro país.
De rodillas solo para orar a Dios.