Por José María Leiva Leiva
En la biografía de William John Henry Boetcker (1873-1962), leemos que fue “un líder religioso estadounidense y un influyente orador… quizás mejor recordado por su condición de autor de un folleto titulado Los diez Cannots (no puede) en el que enfatiza la libertad y responsabilidad del individuo sobre sí mismo”. Documento publicado originalmente en 1916, que a menudo es erróneamente atribuido a Abraham Lincoln. “El error al parecer proviene de un folleto impreso en 1942 por una organización conservadora llamada Committee for Constitutional Government (Comité para el Gobierno Constitucional)”. Véase Wikipedia.
De acuerdo con esta fuente, “el folleto llevaba el título de “Lincoln sobre las limitaciones” y contenía algunas citas auténticas del mandatario en un lado y los “Diez Cannots” en la otra, con las atribuciones cambiadas. El error de la acreditación de Lincoln por haber sido la fuente de “Los Diez Cannots” se ha repetido muchas veces desde entonces, sobre todo por Ronald Reagan en un discurso que pronunció en la convención republicana de 1992 en Houston donde se lo adjudicó por error a Abraham Lincoln”.
Así mismo se afirma, que existen variantes menores del folleto en mención, sin embargo, la versión más comúnmente aceptada señala: “Usted no puede crear prosperidad desalentando el ahorro. Usted no puede fortalecer al débil debilitando al fuerte. Usted no puede ayudar a los pequeños aplastando a los grandes. Usted no puede ayudar al pobre destruyendo al rico. Usted no puede elevar al asalariado presionando a quien paga el salario”.
“Usted no puede resolver sus problemas mientras gaste más de lo que gana. Usted no puede promover la fraternidad de la humanidad admitiendo e incitando el odio de clases. Usted no puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado. Usted no puede formar el carácter y el valor de un hombre quitándole su independencia, libertad e iniciativa. Usted no puede ayudar a los hombres permanentemente realizando por ellos lo que estos pueden y deben hacer por sí mismos”.
También se vinculan a Boetcker, la mención de sus Siete crímenes nacionales: “No pienso. No sé. No me importa. Estoy demasiado ocupado. Dejemos las cosas como están. No tengo tiempo para leer ni descubrir, y no me interesa”. Como complemento de estas contribuciones del reverendo Boetcker, téngase presente además, las siguientes 12 competencias profesionales de alto valor (y autor desconocido) que no requieren estudios: “(1) Puntualidad. Llegar a la hora a una reunión. Entregar en la fecha convenida un trabajo… te hará vivir más feliz y no harás perder el tiempo a los demás. (2) Responsabilidad. Ser responsable en el trabajo, en tus relaciones personales y profesionales hará que tu valoración aumente”.
“(3) Iniciativa. La proactividad, es sin duda, una de las competencias más interesantes de un profesional, y no hace falta sacar un master. (4) Respeto. Respetar a los demás y a su trabajo, hará que tu marca personal profesional suba como la espuma. (5) Coherencia. Tampoco hace falta tener un doble grado y tres masters para ser coherente en tu vida y en tu trabajo. (6) Actitud positiva. ¿Quién quiere trabajar con un cenizo que está todo el día quejándose de todo lo que le pasa y transmitiendo negatividad?”.
“(7) Constancia. En los planes de estudio que existen en la actualidad no hay un ciclo formativo de cómo ser una persona constante en tu vida y trabajo. (8) Interés por aprender. Siempre ha sido importante mejorar nuestra formación, hoy en día mucho más. El interés por formarse es básico. (9) Personalidad. Disponer de personalidad, pensamiento crítico y autonomía personal es básico para un buen profesional. (10) Amabilidad. Parece que muchos profesionales faltaron a clase el día que explicaron la asignatura de amabilidad. (11) Ser agradecido. Dar las gracias a todas aquellas personas que te han ayudado a lo largo de la vida tampoco requiere de estudiar cinco masters”.
“(12) Sentido común. Se podría decir que el sentido común sería la suma de las anteriores competencias y algunas otras”. Ello dicho, sin olvidar este otro sabio consejo: “En la vida uno tiene que ver en cinco direcciones. Adelante para saber hacia dónde se va. Atrás para no olvidar de dónde se viene. Abajo para fijarse si no se está pisando a alguien en el camino. A los costados para ver quién te apoya en el camino. Y para los creyentes en la fe, arriba para tener presente que siempre hay alguien que nos cuida y nos protege”.
Concluyo con este pensamiento de Martin Luther King: “Si un hombre es llamado a ser barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, o como Beethoven, componía música o como Shakespeare escribía poesía. Debería barrer las calles tan bien, que todas las huestes del cielo y de la tierra puedan detenerse y decir: “Aquí vivió un gran barrendero que hizo bien su trabajo”. Ese es el reto y el compromiso de cada quien, dar lo mejor de sí en lo que le corresponda desempeñar.