Por José Israel Navarro Carrasco
Coronel de Aviación (r)
capinave@yahoo.com
El coronel Carlos Aguirre Corrales nació el 10 de marzo de 1939, ingresó a la Academia de Aviación Militar a mediados del año 1960 como caballero cadete de vuelo, junto a varios jóvenes como mi general Walter, mi coronel Francisco Zepeda A. y Roberto Vallecillo (que se graduó, pero después se retiró y se graduó de doctor posteriormente, actualmente vive en México), formaron la Promoción 60-A, graduada el 24 de mayo de 1962.
Mi coronel Aguirre tuvo una larga y dilatada carrera aeronáutica, ocupó muchos puestos y se destacó como piloto, contó en su haber aproximadamente con unas 15,000 horas de vuelo, tanto en lo militar como en la aérea comercial, son infinidades de tipos de aviones que voló, fue piloto presidencial de varios presidentes y de comandantes en jefe de las FF.AA.
En lo militar se destacó como instructor de vuelo, tuve la oportunidad de ser alumno de él, a veces serio, a veces jocoso, pero daba confianza, toda esa promoción de digno ejemplo para imitarse, en lo profesional fue piloto regular, instructor de vuelo, subcomandante, comandante, director de la Academia, jefe del Estado Mayor Aéreo, Pagador General de las FF.AA., director de Aeronáutica, gerente del IPM, viceministro de Defensa, asesor de la FAH y se mantuvo siempre presente en la institución, aun después de retirado, ofreciendo sus servicios de manera ad-honorem a la institución.
Fue piloto militar y piloto comercial, volando en SAHSA, en la Piper, Aeroservicios y en la Standar Fruit Company como piloto agrícola y piloto ejecutivo; su mayor logro lo convirtió en un héroe nacional poco reconocido, fue el líder de la escuadrilla de Corsarios F4U-4 que detuvo y bombardeó la columna de las tropas salvadoreñas que estaban subiendo Las Mataras, lo acompañaban pilotos como el coronel Marco Tulio Rivera, general Edgardo Mejía, mayor Santiago Perdomo, (que aún vuela como piloto fumigador en Guatemala); ellos eran los pilotos del Comando Norte estacionados en La Mesa (hoy Ramón Villeda Morales), los que formaron, junto a mi general M. Chinchilla Cárcamo y una parvada de jóvenes oficiales y técnicos, el embrión de lo que es hoy la Base Aérea Armando Escalón Espinal (AEE), durante la guerra del 69 participó en 17 misiones reales de combate, bombardeó Cutuco y ejecutó diversos ametrallamientos.
Hablar de mi coronel Aguirre es como hablar de esa grulla de pilotos que fueron los mentores de la Promoción 67-A, de la cual yo formé parte y gracias a ellos nos supimos destacar, siempre queríamos imitar a un: C. Aguirre, W. López, M. Tulio Rivera., Santiago Perdomo, Domingo Álvarez y otros que por espacio no los menciono, hoy la institución les guarda un grato recuerdo y la nación los tiene en un pedestal, nunca dijeron que no a las misiones.
Circula un video donde se le pregunta: “¿Qué significa para usted la FAH?”. Y él responde casi llorando: “Para nuestro país nada es mejor que la FAH”, simbolizando el amor que la institución crea en sus miembros, nos amparamos en la trilogía DIOS PATRIA FAMILIA, nos deja un legado a las promociones de pilotos, técnicos aéreos, técnicos mecánicos y técnicos administrativos el amor a la institución, aun con los sinsabores que pasamos; cuando entraba él a la FAH se le demostraba un respeto como si continuara siendo jefe.
Hoy mi coronel Carlos Aguirre Corrales “el Negro Aguirre”, como le decían sus compañeros, ordenó tren arriba a emprender el vuelo sin retorno, a acompañar aquellos que también han dejado un recuerdo inmortal en la institución, pero vivirá para siempre, ha dejado el nido de águilas, cuna de héroes. Que nuestro Señor lo tenga en su seno y que en paz descanse.
Los pueblos reconocen sus héroes, lo demuestran con la simpatía con que saludan a sus pilotos militares egresados de las entrañas de los pueblos humildes y que llegan a destacarse en el ámbito nacional. ¡Loor a esos héroes!