La Conferencia Episcopal de Honduras se pronunció este jueves previo a las fiestas navideñas referente al tema de la evaluación de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH).
El vocero de la Conferencia Episcopal, Juan Ángel López, manifestó mediante comunicado, que han reflexionado en la última reunión del año, en el mensaje que la Palabra de Dios previo a la celebración de la Navidad, en conformidad con la tradición cristiana. El comunicado dice textualmente:
“Este es el verdadero sentido de la Navidad. Por eso, no debemos reducirla a una mera fiesta de fin de año. Ni tampoco debe servir para olvidar los graves problemas y dificultades que en nuestro país estamos sufriendo”.
“La Navidad debe ayudarnos a tomar conciencia de aquello que el Señor nos pide que hagamos, para transformar nuestro mundo en un lugar de respeto a los derechos humanos y para vivir en justicia, verdad, paz y solidaridad”.
“Vivimos tiempos difíciles, por la situación política, la economía, por la inseguridad y la falta de empleo; y no es extraño que gran parte de la población exprese su falta de fe y de esperanza en nada y en nadie”.
“Contra este desaliento, queremos compartir razones para la esperanza, fundamentándonos en nuestra fe en Cristo, el Salvador. El Nacimiento de Jesús en Belén, “es el acontecimiento único y extraordinario que ha cambiado el curso de la historia”, afirma el Papa Francisco al comentar el significado y valor del pesebre o nacimiento que muchas familias colocan en sus hogares”.
“Si nos dejamos iluminar por los valores que Cristo nos enseña, seremos capaces de cambiar el curso de la historia de Honduras”.
“La llamada de Jesús a no escandalizarnos por su compromiso con los pobres y sus exigencias de justicia, verdad, libertad y solidaridad para todos, agudiza, precisamente, el escándalo y la vergüenza que provocan las actuaciones de los poderes del Estado”.
“Los poderes, sobre todo desde el Congreso de la República y en contra de la ética política y la voluntad del pueblo, al que no escuchan, se permiten decretar la corrupción, su propia inmunidad y, además, atacar a quienes quieren erradicarla”.
“Como es la MACCIH, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y grupos de la sociedad civil. Por ello, queremos reafirmar lo dicho anteriormente, en relación a nuestro apoyo a la MACCIH, UFECIC, al CNA y a las Instituciones que luchan contra la corrupción.
“Asimismo, apoyamos la continuidad de la MACCIH en Honduras, por el tiempo que se considere oportuno, hasta que nuestra institucionalidad esté lo suficientemente fortalecida e independiente”.
“La palabra “escándalo” significa deshonra, trampa, obstáculo que causa indignación. Y es, precisamente en la indignación de la sociedad que vemos otro motivo de esperanza”.
“Porque lejos de desear que Honduras entre en un espiral de violencia, lo que esperamos es que el sentido común de los poderes públicos y privados les haga comprender que, para sacar a flote a nuestro país, la mayoría del pueblo ya no quiere contar con ellos, ni cree en ellos”.
“Por lo tanto, esperanza es también que surjan nuevos líderes en todos los campos del quehacer nacional: nuevos líderes no contaminados por la corrupción y las alianzas con el crimen organizado y el narcotráfico; líderes que tengan una visión moderna de hacer política y de devolverle a Honduras el prestigio que nunca debió perder”.
“La Navidad verdadera nos ayuda a convertir nuestro corazón y liberamos del consumismo, al que nos quiere someter el neoliberalismo”.
“Refiriéndose a las figuras de los Reyes Magos, que colocamos en el Nacimiento después de Navidad, dice el Papa Francisco: “Una gran alegría los invade ante el Niño Rey. No se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente, no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo”.
Ante Él, comprenden que Dios, igual que regula con soberana sabiduría el curso de las estrellas, guía el curso de la historia, abajando a los poderosos y exaltando a los humildes”.
María y José, en el pesebre, custodiando al Niño, que es la vida, son el modelo que deben tomar para sí todas las familias de Honduras. Como ellos, debemos procurar ser una familia integrada y unida por los lazos del amor y del cuidado mutuo. Familia que comparte las dificultades sin perder la esperanza. Familia abierta a la convivencia con otras familias, migrantes, grupos de apoyo, grupos de fe, grupos de compromiso social.
Ellos encarnan la esperanza que necesitan las familias hondureñas para enfrentar la presión económica, el abuso en el costo de los servicios públicos, la migración y sus consecuencias, y tantas dificultades más.
A todos los fieles católicos, a todos los creyentes y personas de buena voluntad, les deseamos que la ternura de Dios, que se manifiesta especialmente en el nacimiento de su hijo, llene sus corazones y les permita vivir la auténtica Navidad.