Por 18 años consecutivos, la familia Lagos ha elaborado los tradicionales “pichingos” del “Año Viejo” que este 2019 representan a altas personalidades de la vida nacional.
“La situación de la política ha separado familias y marcado diferencias entre amistades”, señaló Luis Lagos, el artista de la tradicional obra.
Durante un mes, Lagos y sus colaboradores han trabajado para armar un avión y cuatro personajes a base de madera, esponja, cartón y otros materiales.
Muchas de las materias primas salen del taller donde Lagos y parte de su familia fabrican muebles de alta calidad, ubicados en el kilómetro ocho en la carretera hacia la zona sur del país, a la altura de la aldea de Germania, Distrito Central.
“En este avión nos gustaría ver que se van estos hombres y también representa tantas cosas que llegan al país y que no son buenas. Y como cada año vamos a quemar las cosas malas, deseando trabajo, educación y seguridad para nuestro país”, contrastó Lagos.
El creativo hombre mantiene su obra de arte fuera de su taller donde ha logrado armar en un 80 por ciento sus “monigotes”, que serán quemados a la medianoche del 31 de diciembre, cuando le dan la bienvenida al Año Nuevo.
ESCULTURA DE ESPONJA
Malcon Argueta, empleado del taller de Lagos, es uno de los escultores encargados de darle forma a las figuras que miden más de un metro de altura y con un parecido muy característico a quien se quiere representar.
“Logro hacer en tres días una figura, hablando de su rostro. Trabajo con una fotografía donde se vea su rostro y voy pellizcar, esto es una escultura de esponja que poco a poco le vamos dando a forma”, detalló Argueta.
Los artistas de los monigotes esperan que el 26 de diciembre toda la obra esté totalmente terminada para que las personas que transitan por el lugar puedan llegar a tomarse fotografías y colaborar con una rifa que cada año realizan para comprar los productos de pólvora con los que rellenan y vuelan los “pichingos”.
Las familias que transitan por la calle se detiene para observar y poder guardar un recuerdo fotográfico en sus celulares.
Así, la capitalina Gabriela Trujillo, su esposo, Miguel Mejía, junto a su hija, Briana Mejía, estacionaron su vehículo para observar la llamativa obra de arte.
“Ya habíamos pasado y no pudimos detenernos, pero mi esposo y mi hija querían que nos tomáramos una foto, es algo muy bonito y llamativo”, destacó Trujillo.
