El coordinador del Gabinete de Defensa y Seguridad, Luis Suazo tras la muerte de 18 reos en el centro penal de El Porvenir, Francisco Morazán, atribuye la «pelea» entre reos a una «estrategia que siguen los grupos criminales para llamar la atención de la comunidad internacional, nacional, especialmente, de las organizaciones de derechos humanos.
Lo anterior, como una reacción y tratando de revertir la decisión del presidente de la República, Juan Orlando Hernández en la conformación de la Comisión Interventora integrada por los miembros de Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina).
Explicó que la reyerta comenzó cuando un supuesto integrante de la Mara MS-13 atacó a un miembro de la pandilla 18 con un arma de fuego.
Seguidamente se armó una «corrida» de privados de libertad tratando de regresar a sus módulos, y en el proceso, hubo más enfrentamientos con armas blancas, hasta que se logró recuperar el orden en el mencionado centro carcelario.
Según el funcionario, “uno de los grupos criminales ha tomado la determinación de tratar de revertir ese proceso (intervención de cárceles) iniciado la semana pasada”.
Al mismo tiempo, aseguró que la cárcel de El Porvenir, Francisco Morazán ya estaba en manos de los militares, pero consideró que no es tiempo suficiente tres días para poder tomar por completo la funcionalidad y el orden en los centros penitenciarios de Honduras.
“Los privados de libertad que están en las cárceles de máxima seguridad son los peores criminales que tienen la capacidad de pagar cantidades millonarias a quien les pueda ayudar a ejecutar sus fechorías”.
A su criterio, “lo sucedido en los penales de Tela y El Porvenir fueron operaciones ordenadas por uno de los grupos criminales de los más fuertes que operan con las maras y están tratando de detener el proceso que Fusina está ejecutando en cada centro para tomar su control”.
En ese sentido, la Comisión Interventora que está en los centros penales no tiene ni cuatro días de operar, sin embargo, van a acelerar los procesos para avanzar en el control de todas las cárceles.