Por: Leonidas Rosa Bautista
Según el Diccionario de la Lengua Española Distopía es la “Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas de la alienación humana”.
Se trata pues de un invento de la realidad a su manera y exigiéndole, traducido todo en la pérdida del optimismo donde los discursos ideológicos son llevados a sus consecuencias más extremas.
Pareciera que en nuestra amada Honduras estamos creando una sociedad distópica en la que no vemos futuro ni salida, porque estamos tratando de crear una realidad futura ficticia y para rematar negativa.
Poner los pies en la tierra, como nos remarcaban nuestros padres y maestros ante situaciones utópicas que sirven para sonar pero que no pueden desconocer la realidad.
Que pasaría si nos volvemos optimistas pues tenemos razones para serlo un país con una frontera territorial y marítima envidiable, una realidad que nos demanda el esfuerzo de la unidad.
Así que si nos volvemos optimistas, olvidamos la falsa o maniqueista apreciación de los hechos y circunstancias y nos volvemos pragmáticos, sensatos, con sentido común para reunir los talentos, las entidades y las voluntades en actitud propositiva tendremos la oportunidad para resolver la crisis.
Existe la voluntad y condiciones, falta quizá liderazgo legitimo esperanzador, confiable para encaminar a la unidad y a la construcción de una sociedad en que todos vivamos mejor, en solidaridad y con la dignidad moral de seres humanos que buscan el bien común. No necesariamente un liderazgo individual o mesiánico sino institucional, academia, empresa privada, clase política organizada, sociedad civil en una sola voluntad Honduras.
Celebrando la época navideña y la proximidad del inicio de un nuevo año, bien merece en el espacio de estas festividades dedicar unos momentos para la reflexión profunda y encarar la necesidad de un giro hacia esperanza renunciando a la discordia, deteniendo este enfrentamiento estéril o más bien dañino tornándolo en un esfuerzo de concordia y unidad nacional para afrontar los retos de desarrollo y crecimiento humano y material.
Nuestra amada Honduras lo merece, manos a la obra.